Últimos retoques. Un poco más de cola, esta nariz hay que perfilarla, este pespunte necesita un poco de refuerzo… Entrar en el bajo donde desde septiembre se preparan los judas de la calle Tudela es hacerse una idea de lo que será una de las fiestas más tradicionales de Alfaro.
Jesús, Eduardo, Ramón, Carmen, Chelo, Mari Carmen, Charo, Andrés… y así hasta catorce personas se afanan estos días por terminar las piezas que arderán en el fuego el próximo Domingo de Resurrección en las calles de un municipio en el que la tradición sigue manteniéndose gracias a todos esos, en su mayoría jubilados, que dedican gran parte del año a crear con sumo mimo y con una buena dosis de humor unos monigotes marcados por la crítica.
“Da un poco de pena cuando luego los ves arder”, comenta Jesús pensando ya en ese día. El resto es contrario a la afirmación. “Lo importante es lo bien que nos lo pasamos estos días, están hechos para quemarse y sobretodo que Alfaro mantenga una tradición tan diferentes a las que hay en el resto de la zona”.
Este año, la calle se llenará de literatura. Si en ediciones anteriores la temática ha sido el cine o la pintura, este año los grandes clásicos serán el hilo conductor de una calle que se vestirá de gala, de nuevo desde el sábado, para que cientos de personas disfruten de su buen saber hacer en esto de la cola, el cartón y el papel.
Desde la Odisea de Homero hasta el Capitán Alatriste de Pérez Reverte, la calle hará un repaso a esos libros que nos han marcado el amor por la literatura con personajes de la actualidad.
No faltarán los políticos nacionales. Pedro Sánchez y sus ministras, Feijoó, Santiago Abascal… También habrá guiños a los internacionales. Putin y Trump siempre les dan mucho juego pero también estarán presentes Netanyahu, Bolsonaro o Meloni. La realeza con Carlos III y su mujer Camila Parker…
Las obras literarias elegidas pasan por todos los géneros. Veinte mil leguas de viaje submarino, Rebelión en la granja, El último mohicano, Romeo y Julieta… incluso el Kamasutra va a tener su hueco en las calles del municipio.
Además siempre tiran de personajes de actualidad y este año David Muñoz y Cristina Pedroche tienen un lugar especial en sus creaciones. Todo ello con mucho humor, algo de picante y mucha imaginación.
“Lo que realmente da pena es que no haya un relevo generacional”, explica una de las integrantes del grupo. Mayores aunque con ganas atisban que cuando ellos lo dejen posiblemente se perderá la tradición. De momento siguen, y con la energía renovada año a año.
El ayuntamiento subvenciona parte del trabajo realizado. “A nosotros con que nos queden unos eurillos para irnos hacer una cena después, tan contentos”.
Y es que cuando ven las calles de Alfaro llenas se olvidan de las horas invertidas, de los quebraderos de cabeza y del los 78 centímetros de la puerta por la que tienen que sacar las creaciones. “Es una de las mayores complicaciones que tenemos, las obras tienen que poder desmontarse en piezas de menos de 78 centímetros para que luego las podamos sacar”, cuenta Ramón, encargado de las piezas a gran escala.
La de mayores dimensiones este año es un caballo de Troya que está a punto de finalizarse. “Va a ir en la plaza, como el año pasado la pirámide”, cuentan.
Aún dejan alguna sorpresa para ese día. Se demuestra con una pieza que está bajo las sábanas. “Eduardo está con ello y no nos la deja ver si a nosotros”.
Ilusión, habilidad para pillar los gestos de los famosos, y ganas ya de que llegue en momento en el que alfareros y visitantes disfruten del trabajo realizado a lo largo de los últimos seis meses.
