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La Rioja Baja florece con una paleta de rosas

Frutales en flor en La Rioja Baja.

Primero llegó el manto blanco con los almendros, descubriendo las primeras flores a principios de enero, aunque el despertar generalizado no se ha producido hasta principios de este mes de marzo. Ahora les ha tocado su turno al resto de frutales de La Rioja Baja, desde los melocotonares hasta nectarinas y perales, que estos días regalan una paleta de rosas y blancos para mostrar cómo el letargo invernal se queda atrás para abrir las puertas a una primavera que ya está al llegar.

Una floración que viene en tiempo y forma habituales y que las temperaturas de los últimos días, con máximas superiores a los 20 grados, ha acelerado ligeramente. “Aproximadamente viene con una semana de antelación, así que ahora esperemos que se mantenga este buen tiempo. La lluvia no les hace bien a las flores, pero también es preferible que se pierda alguna flor a que no llueva porque el campo ya necesita agua”, señala Gustavo Ruiz, presidente de la Cooperativa Frutos del Campo en Aldeanueva de Ebro, que se mantiene sumido en los tratamientos con cobre y aceite en esta época de mayor sensibilidad de los frutales al avance de hongos y enfermedades.

La anterior campaña de la fruta desanimó a los agricultores ante las pérdidas de cosecha debido a las olas de calor, así que confían que este año no se repitan las mismas condiciones meteorológicas “porque las ganas de continuar cada vez son menores”. Y en cuanto a los hielos, todavía no hay previsiones de heladas primaverales que se lleven la producción por delante, “pero al menos tenemos los seguros”, apunta Ruiz.

De momento toca disfrutar de ese mar magenta que tiñe ambos lados de la N-232 a su paso por las localidades de La Rioja Baja Rincón de Soto, con los melocotonares y nectarinas ya alumbrando el que será su fruto de la cosecha 2023.

 

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