La asociación Bodegas Familiares de Rioja ha reclamado este jueves «la destilación como única manera efectiva de destruir vino sobrante». También ha defendido ajustar más los rendimientos amparados, al 85 por ciento en campo y al 66 % en bodega; y evitar la creación de una «bolsa» de vino de mesa que «acabe siendo competencia de Rioja».
Ha considerado que el acuerdo que saldrá del próximo pleno del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja para hacer frente a la crisis de existencias del sector debería contemplar la destilación como única alternativa para eliminar vino.
Esta asociación ha añadido que es «un error la opción de desviar vino amparado al circuito de mesa», como plantean algunas organizaciones. «Esta alternativa no será sino un parche a medida de los intereses de algunas grandes bodegas y cooperativas», ha indicado, que son «las causantes de esta crisis con los acuerdos alcanzados a lo largo de estos años para incrementar las plantaciones y los rendimientos de producción».
La propuesta que Bodegas Familiares de Rioja ha llevado al pleno del Consejo Regulador de la DOCa, del que forman parte las comunidades riojana, vasca y navarra, incluye una rebaja al máximo previsto en el pliego de los rendimientos de producción -85 por ciento en campo y 66 % en bodega-.
Además, incluye la destilación de 30 millones de litros de vino, con apoyo financiero de las administraciones públicas, y, si es necesario, con fondos propios del Consejo Regulador.
A ello ha sumado el incentivo económico de los reinjertos de tinto a blanco y la descalificación de partidas de vino de mala calidad mediante controles rigurosos en las bodegas.
Esta asociación pide que se aplique la Ley de la Cadena Alimentaria en el mercado interno de la venta de graneles y que «se abandone sine die cualquier debate sobre nuevas plantaciones, al menos mientras la ratio (relación entre existencias y ventas) no se sitúe por debajo de 3».
Bodegas Familiares de Rioja ha recordado que votó en contra de los aumentos de plantaciones aprobados hace seis años y del incremento de rendimientos de producción en las cosechas 2018 y 2019. Por ello, «no es sospechosa de haber generado el problema» y, «sin embargo, ha sido la única asociación bodeguera que ha abogado por un descenso del rendimiento hasta los máximos previstos en el pliego de condiciones, tanto en campo como en bodega para atajar cuanto antes el desequilibrio».
Ha insistido en que «esto debía haber sido suficiente si se hubiera hecho en años anteriores», como propuso; pero, «hasta hace cuatro días, seguíamos escuchando que lo que se necesitaban eran nuevas plantaciones». «Esto es un grave error estratégico, que nos ha llevado hasta donde estamos para tener disponible uva barata», ha indicado.
Bodegas Familiares ha indicado que «no es cierto, como se ha dicho, que Burdeos haya crecido más que Rioja y que, por eso, allí se están planteando arranques». «La realidad es que la superficie de la DOP francesa es prácticamente la misma que la que había en 1985, mientras que la de Rioja se ha incrementado en un 70 por ciento desde entonces», ha señalado.
Ha advertido de que el desvío de vinos amparados al circuito de mesa, en lugar de optar por destruirlos mediante su destilación, es crear un mercado «paralelo», que acaba compitiendo con los propios vinos de Rioja.
Las propuestas de quienes defienden esta alternativa, ha afirmado, quieren permitir, además, que entre en bodega un 5 por ciento adicional de uva para seguir produciendo vino de mesa en las campañas 2023 y 2024. «No hay justificación alguna -ha incidido- para promover una reducción de la producción amparada al 90 por ciento y, al mismo tiempo, autorizar un 5 por ciento adicional para vino de mesa».
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