La Rioja

El Rasillo mantiene el museo de ‘El Vitori’, un sacerdote investigado por abusos

“Te invitamos a un juego. A que contemples cada objeto, que adivines su uso…”. Así se presenta el Museo Etnográfico dedicado al sacerdote Victoriano Labiano (conocido como ‘El Vitori’) en El Rasillo. El cura, fallecido en 2011, está investigado actualmente por dos posibles casos de pederastia y la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño ha incluido su nombre en un informe remitido a la Fiscalía.

El alcalde del municipio, Rubén Martínez, explica a NueveCuatroUno que se han enterado “de todo esto” por la prensa. “Estamos al tanto y a lo de la plaza con su nombre tendremos que darle una vuelta”. El nombre del sacerdote no sólo está en el museo del municipio, de gestión municipal, sino también en una plaza cerca de la iglesia. “Lo del museo es más complicado porque el nombre está sujeto a la cesión de todo lo que hay en el interior, que lo donó él. Si quitamos el nombre, desaparecería el museo”, explica Martínez. Así, están recopilando información para decidir cómo proceder ante una situación que les ha pillado por sorpresa.

Y es que este sacerdote rasillano no se dedicaba únicamente a recopilar objetos para su conservación sino que, al menos, entre 1970 y 1988 y 1993 y 1994, estuvo relacionado con dos posibles casos de pederastia en la región. “En el pueblo siempre se han oído esos rumores. Es verdad que los jóvenes íbamos mucho a su casa a jugar a juegos de mesa, pero en mi época nunca pasó nada. O al menos no nos enteramos porque íbamos todos en cuadrilla”, comenta una vecina del municipio.

Pero no sólo en El Rasillo era conocido el sacerdote. A raíz de la noticia en la que se ha conocido que el cura está incluido en los informes remitidos a la Fiscalía, el periodista riojano José Luis García Íñiguez ha explicado en sus redes sociales que los rumores eran una constante en los años noventa en Logroño.

Al parecer, el sacerdote ofrecía dinero y tabaco por ir a su casa del Casco Antiguo para charlar. “Raro, ¿verdad? ¿Por qué iba a pagar un cura a chavales por charlar un rato? ¿De qué se charlaba allí?”, se pregunta el periodista. “Ahora, veo sus iniciales, esas V.L.T., como protagonista de dos de los tres presuntos casos de abusos. Vaya, qué casualidad. ¿Qué pasaba realmente con los que subían a su casa? No lo sé, nunca subí. Y no sé si los que subían decían la verdad cuando hablaban de meras charlas”, continúa en un hilo contando lo que se oía en aquel Logroño de los años 90.

A pesar de que lo relatado por el periodista sucedió en Logroño, los casos que se han remitido a la fiscalía ubican el lugar de los abusos en El Rasillo, concretamente en la casa del sacerdote. El lugar y las fechas de la primera de las denuncias coinciden con los hechos investigados por  la web ‘Kaos en la red’, que cuenta con declaraciones de algunos de aquellos jóvenes que accedieron por aquellos años a la casa del sacerdote.

Sin entrar en demasiados detalles, en ella se explica cómo el sacerdote utilizaba su casa de El Rasillo para abusar de los menores a los que invitaba a pasar unas horas o unos días. El modus operandi es muy similar al narrado por García Íñiguez. El hombre, según la información publicada en la citada web, se dejaba caer por salas de juegos muy de moda en aquellos años y bares cercanos a colegios de bachillerato en Logroño frecuentados por estudiantes adolescentes. Una vez allí, les abordaba invitándoles a partidas y refrescos, entablando conversación con ellos y eligiendo a los más accesibles, preferiblemente internos que vivían alejados de sus familias, algo muy frecuente en los años 70.

Entonces les hablaba de la fabulosa casa que tenía en El Rasillo de Cameros, donde disponía de muchas estancias con distintos ambientes y un proyector Súper 8 que guardaba junto a una buena colección de películas porno. Les animaba a acudir prometiéndoles que allí gozarían de libertad absoluta y se divertirían sin freno, que podrían fumar y beber a placer. Una vez en la localidad serrana, el cura extremaba su amabilidad y sus halagos. Luego al parecer llegaba todo lo demás. Sexo oral, sexo con chicas ante la mirada del sacerdote… La narración por parte de los testigos es escalofriante.

“Él nos recomendaba acudir a El Rasillo durante las fiestas de San Isidro, de San Pedro, o, sobre todo, de la Virgen de las Eras, a mediados de agosto, que era cuando estaba más libre y se podía organizar mejor”, dice uno de los testigos con los que contactó la web. “Lo más gracioso era verle decir misa en la iglesia del pueblo, tan serio y tan formal, tan circunspecto, cuando apenas unas horas antes había comulgado con mi semen y con el de mis amigos”.

Ahora al municipio camerano le llega la decisión de qué hacer con el museo y una plaza cuyo nombre seguro que muchos quieren olvidar.

Subir