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Otro cierre de un histórico del Casco Antiguo: adiós a La Casa del Corcho

Uno menos, y ya van quedando pocos. La Casa del Corcho, un histórico del comercio de ciudad, echa el cierre. Seguirá a pie de calle, bajo los soportales de la Plaza del Mercado, hasta el próximo mes de abril. Será entonces cuando su propietaria, Fabien, cierre por última vez la puerta de este comercio que regenta desde hace 42 años, tiempo en el que ha vivido una mudanza y en el que le ha dado tiempo a observar “la degradación del Casco Antiguo”.

Fabien, que llegó a España hace cinco décadas, lo tiene claro, “el principio del fin se comenzó a escribir en cuanto llegaron los bares, pero el final definitivo ha sido tras la pandemia, con la instalación de esas terrazas que ahuyenta a los posibles clientes” porque “ya estoy acostumbrada a limpiar la suciedad que dejan pero esta zona ha cambiado demasiado durante los últimos años”.

A Fabien le duele el Casco Antiguo de Logroño. Está pasando la fregona para comenzar a recibir a curiosos que visitan este templo del comercio de proximidad. Ella se jubila a sus 67 años. “Hubiera seguido”, confiesa, “pero esto toca a su fin”. El letrero naranja en su escaparate anuncia su adiós: ‘liquidación total por jubilación’. A lado, otro cartel invita a una última visita: ‘pueden pasar al interior’. Descubrirán antigüedades, regalos, artículos de decoración y por supuesto sombreros, cestería y corchos.

“Ya corchos casi no vendemos”, confiesa Fabien, que ha ido adaptando su tienda durante las últimas cuatro décadas a los gustos de los clientes. “Al principio vendíamos muchas cestas de mimbre, muchos corchos, pero fuimos incorporando otro tipo de productos, como los sombreros”. Esta francesa de nacimiento y riojana de adopción sabe que “los sombreros de calidad los encontramos en Dulín, pero aquí hemos trabajado con una gama interesante de sombreros que siempre han tenido muy buena acogida”.

Un poco de nostalgia

Es inevitable para sentir nostalgia cuando un comercio así cierra. Es inevitable que Fabien eche la vista atrás para hacer una revisión de su labor todos estos años. Entonces sabe que las cosas han cambiado, demasiado y bajo su punto de vista: “A peor”. La Casa del Corcho ocupaba hace cuarenta años una de las esquinas de la Plaza del Mercado. “Pero nos mudamos a este espacio y aquí hemos estado”, indica. “El cliente ha cambiado mucho. Antes venían desde los pueblos para comprar aquí, ahora recibimos turistas, curiosos, y nos hemos tenido que adaptar, porque los de los pueblos ya no vienen porque esta zona ha dejado de ser interesante”. Y Fabien sabe el motivo: “Al final tenemos un sábado por la tarde un montón de despedidas y así es complicado”.

Es difícil para un negocio, “pero aún más para los vecinos. Ellos sufren muchísimo”. Así que los propietarios del espacio de la Casa del Corcho han tomado una decisión. “Aquí no habrá un bar”, adelanta Fabien. No habrá un bar, “y todo parece que una de las vecinas, que es pintora, bajará aquí su estudio”, explica con cierta satisfacción y algo de tranquilidad por dejar el espacio en buenas manos.

“El Casco Antiguo está muy mal”. Muchos bares, pocas tiendas, “ningún piso de alquiler, todo son viviendas turísticas a las que el centro les importa poco” y Fabien entiende además que “nadie hace nada para solucionar este problema”. La Casa del Corcho dejará de existir en abril, los problemas del Casco Antiguo de Logroño continuarán.

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