Sergio Jiménez Foronda
El diseño tiene que ser “cómplice del cambio de modelo productivo que se tiene que realizar, aunque, en realidad, muchas veces se utiliza el ecodiseño como un ‘greenwashing’ (lavado de imagen verde)”, ha afirmado a EFE el diseñador y “paradiseñador”, como él mismo se define, Óscar Guayabero.
Guayabero (Barcelona, 1968) ha participado en Logroño en las 28 Jornadas de Diseño de la Escuela Superior de Diseño de La Rioja, donde se ha referido al diseño de producto.
Este diseñador ha definido el “greenwashing” como “una especie de limpiar el exceso de productividad y lo que hay que evitar es precisamente eso: producir más y más deprisa de la cuenta”.
El diseño, ha proseguido, “entra en esto en complicidades, es decir, lo que tiene que hacer el diseño es salir del estudio y entrar en contacto con la realidad y con colectivos de innovación social que están intentando cambiar cosas”, y “eso no anula el diseño comercial”.
Ha indicado que “las empresas siguen necesitando que los diseñadores trabajen para ellas, pero, lo primero que estos tienen que hacer, cuando trabajan en una empresa, es plantear la necesidad real de que exista ese producto”.

EFE/Raquel Manzanares
“Si lo haces bien, puedes llegar a tener un cliente de por vida. A mí me ha pasado que gente que me ha encargado cosas y les he dicho que no vale la pena, a pesar de que puedas tener una cierta rentabilidad a corto plazo”, ha relatado, y, “al final, me cogieron para hacer una estrategia a largo plazo para la empresa”.
Por ello, “hay que articular discursos que vayan un poco más allá de lo inmediato”; así como “perder esa idea del creador como un ser omnipotente que tiene muchas ideas en su interior y que el mundo va a cambiar con ellas porque eso hace daño a la propia profesión”, ha asegurado.
Salir de estudio
Además, ha señalado que “hay que ser más humildes y trabajar con otra gente, salir del estudio y entrar en contacto con otras realidades” porque “la inteligencia colectiva siempre funciona mucho mejor para encontrar soluciones reales a problemas reales, que no el talento personal”.
Guayabero ha resaltado que “el talento personal está en el ámbito de la creación personal y eso funciona bien, quizás, en el mundo del arte, pero no tanto en el mundo del diseño de ahora”.
“El mundo necesita unas soluciones que no le estamos dando. Si el diseño nos ayudó en la prehistoria a hacer posible la vida humana, ahora nos tiene que ayudar a que siga siendo posible la vida humana”, ha subrayado, y “solo lo será si encontramos una manera de habitar el planeta que sea lógica. La que tenemos ahora no funciona”.
Ha invitado a los jóvenes asistentes a su charla a “intentar hacer algo con otra gente, trabajando desde lo colectivo, aunque sea muy pequeño, para evitar la idea de parálisis”.
“Cuando empiezas con unas dinámicas de ir haciendo cosas, tu propio camino te lleva hacia otros lugares que no esperas, pero, si nunca empiezas, es muy difícil que, de repente, de 0 a 100, estés produciendo un gran cambio si nunca te has ejercitado, por ejemplo, en tomar decisiones de forma colectiva”, ha incidido.
También ha destacado que “es mejor hacerlo, aunque sea con iniciativas pequeñas muy locales” porque “eso tendrá un impacto sobre esas personas, con lo cual es positivo”, pero, además, “hace coger músculo y ayuda a entender dinámicas que, desde un estudio y con dinámicas más mercantilistas, es muy difícil asumir”.
“Los procesos colectivos tienen sus dificultades, por ejemplo, el tema de la velocidad”, ha concluido, ya que “una de las cosas que me costaban más al principio era no entender por qué son tan lentos los procesos colectivos y, luego, con los años, me he dado cuenta de que, cuando aceleras un proceso colectivo, estás dejando a gente fuera”.