Gastronomía

Tiempo de sidrerías: la fiesta de la sidra conquista La Rioja (III)

Sotés se entregó la semana pasada a la fiesta de la sidra. Como lo han hecho antes en otras localidades de La Rioja, como San Asensio, Nájera o La Villa de Ocón, entre otras muchas. Ninguna localidad parece resistirse al menú de sidrería en cualquiera de sus celebraciones patronales. Llegan, como otrora los del circo, ahora los de la sidra. Y ahí los tienes, disponiendo la parafernalia necesaria para montarse una sidrería en medio del pueblo. En la plaza, justo al lado de la iglesia, en el frontón, en el pabellón del tío Pablo… donde haga falta para que quepa todo el mundo y nadie se sienta extranjero.

La semana pasada, en Sotés, 250 comensales, sidreros, carnívoros y disfrutones, se reunieron para festejar. Porque en la tierra del vino también hay sitio para la sidra, y más cuando te la traen hasta la puerta de casa. Llegan los de la sidrería portátil, que lo montan todo en un abrir y cerrar de ojos, y comienza a correr la sidra, a calentarse las parrillas, a romper los huevos, a desmigar el bacalao…

Y es así como las localidades riojanas están cayendo rendidas a un plan diferente, siempre popular, donde cierran el precio, todos saben lo que van a pagar de antemano, les gusta el menú, y “hay otro acto en el pueblo para que la gente se lo pase bien”, explica Iñigo Irazabal, parrillero feriante, viajero del chuletón, conquistador de paladares, escanciador de sidra de temporada, propietario de Trikitxotx, que se pasa casi los veranos por La Rioja.

“El boca a boca nos está ayudando mucho”, indica. Y es que si los del pueblo de al lado disfrutan, los observadores vecinos toman buena nota. Hallarán un buen día para montarse una sidrería en medio del pueblo. Los de La Villa de Ocón presumen de haber acabado con la sidra que subieron al pueblo. Y cada año repiten plan. Como Sotés, que abrieron la temporada de sidra con este evento para 250 personas.

“Nosotros lo montamos todo”, remarca Iñigo, que tiene muy claro que “nada puede estar precocinado”. Por eso, el espectáculo es completo: “Todo se hace al momento”. Tiene calculado una persona por cada cincuenta comensales para que todo salga bien. “Y sale bien”. Muy bien por lo que se comenta en nuestros pueblos. “Ya tenemos los que año a año repiten, y lo de la sidrería en la plaza se ha convertido en un día festivo incluso fuera de las fiestas patronales”.

Iñigo está encantado con visitar La Rioja con su sidrería portátil. Suma diez años de boca en boca. A Sotés, que celebraba San Blas, llevó 160 chuletas y en sus kupelas caben hasta 600 litros de sidra. “Está todo perfectamente organizado para llegar, montar, y comenzar a preparar el servicio, de principio a fin, como si estuviéramos en una sidrería fija”. Y se cumple con la liturgia: “El txotx se hace de la misma forma, que es la clave para que se genere un buen ambiente festivo. Levantarse para echar una sidra permite interactuar con más gente, y no estar solo con el que tienes al lado en la mesa”.

La temporada de sidra ha comenzado. Y a este lado de la muga, al sur del Ebro, los pueblos riojanos se van sumando a la fiesta de la sidra, al popular ‘txotx’ en las plazas, frontones y pabellones. Es la fiesta popular de la sidrería, que ya está en el pueblo para reunir a todos sus vecinos alrededor de un buen chuletón. Como hace nuestro lector Javier, que recomiendo dos sidrerías, en el valle de la sidra, en Astigarraga: “Buenas sidrerías por calidad-precio y la atención: Ipintza Sagardotegia y Alorrenea”.

Haznos llegar tus lugares favoritos (a ambos lados de la muga) para disfrutar de la temporada de sidrerías, en el email [email protected] y en el número de Whatsapp +34 602 262 881.

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