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Partido a vida o muerte este domingo en Las Gaunas

Natxo González parecía un muñeco de cera tras el encuentro ante el Bilbao Athletic. Gesto tan serio como distante. “Lo hacemos aquí mismo, total, para los que somos”. Se refería González al lugar en el que situarse para atender al único medio de comunicación que le iba cuestionar el papel realizado por su equipo en Lezama.

Fueron respuestas de manual, sin profundizar en los hechos. No elevó el tono, no se zarandeó ante el medio, no entró en delirio ni tampoco trató de vender algo que no había pasado. Sencillamente Natxo González parecía no entender todavía nada de lo que había sucedido justo el día que la plantilla se había marcado en rojo para ganar por fin un partido de fútbol. El técnico parecía en estado de shock futbolístico, sumergido en un océano de dudas tras la goleada recibida por un equipo que sumaba cinco derrotas seguidas.

El agujero negro de las dudas se hizo visible durante el postpartido de Lezama. Sergio Rodríguez, cabizbajo, buscaba consuelo en sus propios pensamientos, con la vista clavada en la punta de sus pies. Dupi iba y volvía de un lado para otro tratando de entender con sus jugadores qué está sucediendo. “Coño, que esto es fútbol, y no conozco a nadie que pueda jugar a fútbol bien si no somos capaces de divertirnos cuando lo hacemos”, llegó a recomendar a algunos futbolistas de la primera plantilla. Juanjo Guerreros, alejado del ruido de la primera plantilla, tomaba mayor distancia para seguir sufriendo, tal y como reflejaba su cara, con el hundimiento de su Titanic.

La UD Logroñés se montó en el autobús de vuelta en derribo. “Hemos tocado fondo”, reconocía este viernes Natxo González. Por fin los futbolistas se estaban dando cuenta del lío monumental en el que andan metidos. Miradas confundidas, gestos serios, ningún vacile ni todas esas chorradas habituales que se pueden observar en cualquier vestuario profesional, que serían impensables en cualquier otro trabajo de los que existen ahí afuera, pero que se permiten en este deporte porque los profesionales de esto son así, gustan siempre de divertirse fuera del terreno de juego, incluso cuando, como dice Dupi, no lo hacen dentro, que es por lo que les pagan.

Por fin la burbuja de jabón de lo buenos que somos reventó en Lezama, y tras la fina pátina de lo buenos que somos los futbolistas descubrieron que igual no lo son tanto y que la categoría está en juego, con las consecuencias individuales que esta situación puede tener también para gran parte de esta plantilla. “Se ha tocado fondo porque peor no se puede hacer, y no vamos a permitir que se vuelva a repetir una cosa igual a lo de Lezama”, explicaba este viernes Natxo González, en la previa de enfrentarse al Alcoyano este domingo (16.00 horas) en Las Gaunas.

El técnico alavés ha ido elevando el tono. Ha tenido tiempo para reflexionar, observar que su diagnóstico de la semana pasada no era el adecuado y de comenzar a cambiar cosas, al menos en su discurso, aunque se intuyen también cambios significativos en el once de este domingo.

Pero lo primero que ha hecho ha sido elevar el tono, por tanto, se intuye, ha vuelto a ver el encuentro en Lezama, y ya con calma, ha podido observar los vicios de una plantilla que se borra cuando tiene que competir. “Nos vamos a dejar el alma para sacar esto adelante”, ha dicho. El cambio en el discurso desde el pasado domingo a este pasado viernes es más que evidente. De no entender nada tras lo de Lezama, a pedir disculpas el pasado martes en TVR (que era lo que exigía el guion el domingo), a reconocer este viernes lo evidente: que se ha tocado fondo.

El club ha tocado fondo en esta semana de pasión que difícilmente olvidará. El pésimo partido de Lezama, el mal cierre de mercado de fichajes, la pésima clasificación del equipo, la constatación por fin de que muchos espacios deportivos están desajustado, y con el trasfondo constante de que Sergio Rodríguez, Dupi y Natxo parecían no observarlo han alimentado un agujero negro que se ha hecho realmente grande porque sencillamente este equipo no gana un partido de fútbol.

Este domingo, como el pasado, los futbolistas tienen una nueva oportunidad para demostrar que no son tan malos, que sí saben competir, y que son capaces de dar un paso al frente cuando no queda más remedio, ya sea divirtiéndose, como les pide Dupi, o dejándose el alma como les reclama Natxo González.

Hace una semana el diagnóstico parecía claro, y saltó por los aires en Lezama. Resulta que la enfermedad es mucho más grave. Partido a vida o muerte este domingo en Las Gaunas, así se lo han buscado Natxo González y los suyos.

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