Conrado Escobar (Logroño, 1964). Su biografía política suele comenzar en el año 1990, cuando se erige como presidente de Nuevas Generaciones (NNGG) en La Rioja, y su primer cargo fue el de concejal de la oposición en el Ayuntamiento de Logroño. Desde entonces ha pasado prácticamente por todos los puestos por los que puede pasar un dirigente de lo público, cerrando su círculo político en la capital riojana con su candidatura a la Alcaldía. Lo intentó en 2019 y lo volverá a intentar en 2023, para lo que pasa por el Boletín de Actualidad Riojana (BAR) de NueveCuatroUno (Ivoox, iTunes y Spotify).
En nuestro “bar” confiesa que su primer partido no fue el PP sino el CDS durante su periplo asturiano -se licenció en Derecho por la Universidad de Oviedo-, tras pasar por la asociación de vecinos del barrio de La Arena en Gijón. “Las circunstancias de la vida”, explica, le llevaron a Logroño a montar su despacho profesional y, ahí sí, entró en el PP. “Tenía muy buenas relaciones aquí. Sintonizaba a nivel personal y a nivel político”.
¿Y por qué quiere ser alcalde de Logroño? “Creo que es lo más hermoso que se puede hacer en política porque creo que puedo ser muy útil en estos momentos a Logroño. Logroño necesita un impulso de otra manera; necesita recuperar el protagonismo de los logroñeses, que yo creo que desafortunadamente se ha perdido; y creo también que hay que recuperar la esencia de Logroño para proyectar el futuro”. Palabras duras del candidato del PP a la Alcaldía, quien cree que es fundamental hacer las cosas, si se le permite la expresión, “no logroñeando, pero sí a la logroñesa”.
“Logroño es una ciudad liberal, de convivencia y de concordia. […] Cuando se impone una decisión sin haberla anunciado previamente, y no quiero aterrizar en un tema concreto, es evidente que algo está fallando ahí respecto a la política. Se necesita recuperar también los grandes consensos de ciudad. En Logroño, con independencia de siglas, todos hemos tenido claro que hay una línea invisible que da continuidad a los proyectos. Una línea de exigencia compartida. Por poner un ejemplo, el soterramiento del ferrocarril. Luego hay otras cosas como el parque del Ebro u otros proyectos que tenían que tener un sentido compartido que ahora mismo se han perdido”.
Escobar se muestra confiante en ganar. “Tengo la certeza. ¿En qué se basa? En el 2019 había otras circunstancias. Una tendencia nacional muy clara y nosotros no lo hicimos bien. No supimos leer la realidad social logroñesa y estos cuatro años nos han servido para aprender, para mejorar nuestro proyecto y para recuperar mucha confianza que desafortunadamente se había perdido”.
Incidiendo entonces en que no supieron valorar la situación de la ciudad, el candidato del PP apunta ahora que esta legislatura ha girado, “sin caricaturizar”, a bolardos y pinturas. “Yo creo que hay que hablar más de personas”, resalta, poniendo el acento en que el consistorio debe impulsar más políticas de vivienda, igualdad, emisiones cero, conciliación… incluso de posibles programas “de respiro” para los mayores ante una población envejecida.
Frente a la falta de promesas detalladas de Hermoso de Mendoza, argumenta Escobar, él cree que “hay que hacer lo que se promete y lo que se dice”. Por eso, prosigue, lo primero que hará es presentar un proyecto con toda la honestidad. “Aquí estamos y vamos a ir por aquí”. El empleo y la economía será su primer eje. El segundo, el eje social; y el tercero, el urbanismo social. “Las calles y las plazas tienen que ser espacios de convivencia. Eso significa que redefinamos el espacio público y que apostemos por la rehabilitación de vivienda”. Por último, sería el turismo, el comercio y las comunicaciones.
Pese a sus diferencias, lo cierto es que alguna vez se ha visto al primer edil y al líder de la oposición paseando juntos. “El alcalde es andarín”. ¿Lo siguen haciendo? Escobar confiesa que no. “Últimamente no lo hemos hecho, pero sí que es verdad que tenemos una cordial relación personal. Eso fomenta espacios de diálogo, pero las diferencias en la gestión y en lo ideológico son considerables”. No le pasa lo mismo con Gonzalo Capellán, candidato del PP a la Presidencia, con quien Escobar reconoce tener muy buena sintonía. “Es un fenómeno político por su altura intelectual académica y porque lleva en la mochila el ADN del municipalismo a través de su padre”.
Y llega entonces una anécdota personal de esas que gustan en las entrevistas. “Yo conocí al primer Gonzalo capellán hace muchos años en un acto de Nuevas Generaciones. Yo estaba en Nueva generaciones y él estaba entre el público. Levantó la mano y yo pregunté ‘quién es este chaval’. Me contestaron que era el hijo de Patri y yo dije qué bueno es. Luego he podido apreciar su talla política como consejero y creo que es una buena oportunidad para la región. Hay un equipo que le acompaña donde destaco a dos personas, Alberto Galiana y Alfonso Domínguez, que son absolutamente extraordinarios”.
Sobre los nombres que sonaron como posibles sustitutos a su candidatura (Pedro Sáez Rojo, Elena Eguizábal, José Luis Pérez Pastor, Mar San Martín, Miguel Sáinz…), el ya número uno en la papeleta logroñesa del PP quita hierro al asunto. ¿Se llegó a ver fuera? “Da igual eso. No aporta nada ese tema. Toda mi vida he estado donde me tocaba y no me preocupaba”.
¿Y el equipo? En estos momentos, explica, no se encuentra en época de fichajes sino en “fichar talento e ideas” entre los logroñeses para crear espacios donde se sumen propuestas al proyecto. “Ahora estamos trabajando en la escucha con sectores, vecinos, comerciantes… y pronto daremos a conocer un panel de expertos que nos permita estar en contacto con sectores de la economía, arquitectura, inclusión social, medio ambiente o cultura, por poner ejemplos”.
Y las últimas preguntas:
– ¿Va Conrado Escobar a algún sitio en bicicleta?
– Alguna vez, aunque no mucho. Generalmente voy andando. Mi medio de transporte preferente en Logroño es andar.
– Si es alcalde, ¿por fin traerá buenos conciertos en San Mateo?
– Buenos conciertos en San Mateo y en más épocas. Actual es un filón y tenemos ahí una buena estela que seguir.
