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La SD Logroñés rechaza a Rubiales y abraza al grupo de Tebas

FOTO: Real Murcia

Hace siete años los clubes más ‘poderosos’ de la vieja Segunda B, entre ellos la UD Logroñés, establecieron un acuerdo tácito por el que ninguno de esos clubes iba a ofrecer a futbolista alguno una cantidad superior a los 60.000 euros por temporada. Acuerdo que saltó por los aires, porque terceros equipos, al conocer la noticia, comenzaron a ofrecer 65.000 euros a los supuestos mejores futbolistas de la categoría de bronce.

Siete años después, las cuentas no cuadran (los futbolistas cobran más y los clubes perciben menos). Y así, tras su primera experiencia, la Primera Federación acumuló la temporada pasada una deuda de 44 millones de euros, según fuentes federativas, y hay clubes en serios aprietos. En total, cuatro, en riesgo de no acabar la actual temporada; cinco o seis en una situación que el propio Luis Rubiales, presidente de la Española, calificó de “mala” en la reunión informativa para marcar los próximos pasos de la nueva categoría que se ha topado este viernes con el portazo en la cara de 18 de los 40 equipos que la conforman; y el resto con una salud económica “razonablemente positiva”.

De aquellos polvos estos lodos, y esta tarde, 18 de los cuarenta clubes que conforman la Primera Federación, han tomado la decisión de no votar ninguna de las dos opciones que hace unos días planteó Luis Rubiales: más independencia de los clubes en esta tercera categoría pero sin recibir ayuda alguna del ente federativo o mayor control por parte de la RFEF percibiendo a cambio subvenciones similares a las actuales.

La SDL, entre ellos, ha emitido un comunicado en el que reconoce no entender asuntos clave que debían ser votados antes de la tarde de este viernes, como la negociación colectiva, el arbitraje de cualquier decisión disciplinaria en apelación privándoles de su capacidad para optar por otras jurisdicciones habilitadas por el ordenamiento jurídico y la cesión de los activos publicitarios. Y solicita, junto a los otros 17 clubes que no han logrado conformar una mayoría, “una reformulación de las opciones presentadas (…) con suspensión de la votación que han establecido, reiterando la petición de una reunión con los responsables que correspondan con objetivo de poder seguir avanzando”, concluye el comunicado de la SD Logroñés.

Así, 18 de los cuarenta clubes, entre ellos la SD Logroñés, han dado la espalda a Luis Rubiales y se han alineado con los cinco clubes que la temporada pasada amenazaron con plantarse ante el modelo de competición que quiere implantar la Federación, una asociación que preside el que fuera propietario del DUX, que inscribió a su equipo sabiendo que no iba a poder hacer frente a los pagos y que finalmente quedó excluido de la competición liberando la plaza que finalmente ocupó el Talavera.

Rubiales, que gestiona la categoría a través de la amenaza constante, afirmó a los clubes allí reunidos que o se votaba la opción B con unanimidad o con un único voto en contra se aceptaría la opción A, la que cortaría en seco la llegada de subvenciones desde la RFEF a los clubes de Primera Federación. Situación que ha llevado a más clubes a abrazar el intento de asociacionismo lanzado la temporada pasada por la Balompédica Linense, el Linares, el San Sebastián de los Reyes, el Rayo Majadahonda y el Dux Internacional de Madrid.

Talavera, San Sebastián de los Reyes, Real Unión, Linares, Mérida, Intercity, Numancia, Gimnàstic de Tarragona, Balompédica Linense, Unionistas de Salamanca, San Fernando, Cornellà, Eldense, Rayo Majadahonda, Osasuna Promesas, Amorebieta, La Nucía y la SD Logroñés son los clubes que se han puesto esta tarde enfrente de Rubiales. Clubes como Alcorcón, Fuenlabrada, Córdoba, Deportivo de La Coruña, Racing de Ferrol, Cultural Leonesa, Castellón, Real Murcia y Unión Deportiva Logroñés, además de todos los equipos filiales (salvo Osasuna que mantiene un enfrentamiento con Rubiales), no han querido participar en este plante.

Subyace en esta reacción, tal y como apuntan fuentes federativas, el eterno problema de una Primera Federación a dos velocidades. Por un lado, los clubes que buscan el ascenso a la Liga de Fútbol Profesional y por otro los que entienden que su techo está situado en la tercera categoría de fútbol español y que no quieren renunciar a una tercera vía en la que tengan más control en su propia competición pero sin dejar de percibir las subvenciones que ahora mismo les permite ser más competitivos, y más teniendo en cuenta que los derechos televisivos se han vuelto a devaluar esta temporada y la que viene la idea inicial es que cada club negocie sus derechos por su cuenta.

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