La Rioja

“El futuro de la FP va a ser para empleados y desempleados”

Félix Alonso, director general de Formación Profesional y Empleo. | Fotos: Leire Díez

La Formación Profesional del sistema educativo en La Rioja se ha desprendido de ese caparazón de prejuicios que la situaban como “la salida para quienes no les gusta estudiar” y ahora tiene mejores cifras de matriculación que la formación universitaria. Cerca de 200 ciclos diferentes se ofertan en la comunidad actualmente entre la FP Básica (50), Media (66), Superior (73) y Especializada (4) para unas 9.000 personas matriculadas, de un aforo de unas 10.000.

Félix Alonso es el director general de Formación Profesional y Empleo en La Rioja y tiene claro que el futuro de la FP pasa por la creación de centros exclusivos donde impartir esta formación y por un cambio de mentalidad, porque “la FP donde va a crecer es en el perfil de empleados y desempleados”.

– ¿Qué modalidades de grados se han incluido en el programa riojano durante esta legislatura?

– Hemos incluido hasta 32 nuevos ciclos, 15 de ellos en el último año. Además, durante esta legislatura hemos generado el centro integrado a distancia potenciando así este tipo de formación que ya durante la pandemia se fomentó más. Es una opción fantástica para quienes trabajan pero quieren seguir formándose. Es más, hay lista de espera, siendo el Superior de Vitivinicultura que se imparte en el IES La Laboral el más demandado también por parte de alumnado de fuera de la comunidad. También tiene mucha aceptación la familia profesional de servicios socioculturales que se imparte en el Batalla de Clavijo con Educación Infantil, Integración Social, …

– ¿Y en el plano presencial?

– En el Grado Medio destacan las familias de informática, Cuidados Auxiliares de Enfermería y el de Automoción, mientras que el Superior funciona de forma similar al de a distancia, prácticamente, con las peticiones disparadas. Sin embargo, llevamos dos años intentando sacar el ciclo de Agricultura Ecológica y es imposible. Lo hemos ofertado en Alfaro y en La Laboral, pero no ha tenido aceptación entre los jóvenes, por eso trataremos de sacarlo del programa del sistema educativo para llevarlo a la formación para el empleo donde exista otro perfil de alumnado. En parte ha sido por ubicarse fuera de la capital, donde se concentra el 65 por ciento de la oferta, pero también es verdad que mantenemos ciclos con cinco o seis alumnos en algunas cabeceras de comarca que si los retiramos estaríamos dejando a esos alumnos sin una oferta educativa a su alcance.

– ¿Cómo se reparte el volumen de matriculados entre la Formación Profesional y los grados universitarios?

– En La Rioja, como en el resto del país, la pirámide de formación académica es muy clara y sigue la forma de un reloj de arena. En la base inferior están quienes solo se han quedado con el título de la ESO o que incluso han abandonado antes, lo que se llama el fracaso escolar. Y en la zona superior están los titulados universitarios. De ambos grupos tenemos a mucha población, mientras que en el medio, que reflejaría la Formación Profesional, hay muy poco volumen. Esa es la parte que tenemos que incrementar y, además, donde nos están diciendo todos los índices de la Unión Europea que es donde las empresas van a necesitar a profesionales que posean unas competencias técnicas.

– ¿Qué ventajas tiene la FP frente a la formación universitaria?

– Hay tres pilares diferenciales clave. Primero, que el aprendizaje es muy práctico. La gente está acostumbrado a secundaria o bachillerato donde se está seis horas sentado, mientras que en formación profesional se aprende haciendo, lo cual engancha mucho. Por no hablar de la cercanía con la empresa al realizar prácticas. Por otro lado está la duración de dos años por ciclo, mientras que el grado universitario son cuatro. Y también marca mucho la diferencia con otro tipo de estudios es la alta empleabilidad que tiene esta formación. Aquí sale a la luz otro tipo de habilidades porque se ponen en valor otro tipo de competencias. Por eso también este año hemos generado un servicio de orientación para mostrar las oportunidades que ofrece este tipo de formación y que sirva de enlace para todos los centros.

– Un estudio de CaixaBank Dualiza proyecta que en 2030 habrá unos 100.000 puestos de trabajo que no podrán cubrirse con técnicos ante la falta de titulados de FP. ¿Es real esa falta de demanda por parte de los jóvenes en La Rioja?

– El problema real es que hay una parte de los jóvenes que se matriculan que no acaban finalmente sus estudios. En La Rioja, el mayor número de vacantes se concentra mayormente en los segundos cursos de Medio y Superior, porque en los ciclos a distancia está todo completo. Y el motivo principal es la pérdida de interés hacia ese grado porque a veces empiezan en un ciclo y luego se dan cuenta de que no es lo que les gusta y abandonan. Así que tenemos que mejorar los resultados académicos de la gente que entra.

– ¿Qué retos tiene La Rioja para dibujar el futuro de la FP?

– Una de nuestras líneas de trabajo pasa por abordar el tema de las instalaciones porque hemos tenido una explosión de alumnos en los últimos años con el aumento de la oferta de ciclos. Queremos crear centros exclusivos de Formación Profesional con unas instalaciones adecuadas donde se mire por igual a la formación del sistema educativo como a la formación para el empleo. Es en esta última en la que vamos a crecer en los próximos años porque los índices de natalidad ya reflejan ese descenso de la población, por lo que en Formación Profesional del sistema educativo se va a crecer poco. Hay que poner el foco en otro perfil de alumnado porque el futuro de esta formación van a ser los empleados y desempleados que van a tener que seguir formándose para reciclar sus conocimientos y no quedarse fuera del mercado laboral.

– Un cambio de metodología que trae consigo la nueva Ley de Formación Profesional que entró en vigor el pasado mes de abril. ¿Ha tenido ya su efecto en La Rioja?

– Con esta Ley se trata de que todo esté integrado en un único sistema y que toda esa formación esté acreditada y reconocida. En La Rioja comenzamos hace dos años a impartir formación profesional para el empleo en algunos institutos, como el Batalla de Clavijo, para el personal sanitario de residencias debido al COVID-19. También hemos impartido formación sobre enoturismo en Haro y electricidad en el Cosme García, mientras que quedan pendiente más cursos en Alfaro y Nájera. Poco a poco los centros comienzan a ofertar acciones formativas de empleo más allá del entramado del sistema educativo.

– ¿Y se encuentra en esta formación la misma falta de profesorado patente en la FP del sistema educativo cada comienzo de curso?

– Esta problemática se ha dado fundamentalmente en las especialidades de informática e higiene bucodental, donde quienes imparten la formación son profesionales del sector privado que están bien remunerados y con mucha carga de trabajo, por lo que es difícil captarlos para que vengan a impartir clase. Una dificultad que esperemos no se repita en los cursos venideros gracias a la estabilización de interinos que se va a hacer para que descienda la tasa y también a la nueva oferta de plazas públicas para Formación Profesional que va a salir este año. Ahora mismo quien imparte la formación profesional para el empleo es profesorado que viene como si fuera para un curso o profesional experto. Por eso necesitamos lograr esa integración del sistema para que exista un profesorado que funcione como tal, como uno de FP, aunque será algo que cueste porque somos una comunidad pequeña y hay que cambiar mucho el planteamiento y estructura que tenemos de esas 30 horas semanas del profesor en este sistema educativo. Por el momento, y como novedad de este año, ya hemos comenzado a impartir formación al profesorado de estos cursos en prevención de riesgos laborales y nos ha sorprendido la gran demanda.

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