El Rioja

Vivanco burbujea con el molde de Rioja y la inspiración de Champagne

El carácter que Vivanco confiere a cada uno de sus vinos es la fiel estampa del terruño del que proceden, una ventana a un paisaje, a una cultura, a unas tradiciones. Y fuera de sus vinos tranquilos también lo ha conseguido. Un 45 por ciento de maturana blanca, un 30 por ciento de tempranillo blanco, un 15 por ciento de viura y un diez por ciento de chardonnay para que la golosidad y la acidez giren en el mismo sentido.

La bodega de Briones es pionera en la elaboración de los vinos espumosos dentro de las fronteras de Rioja incluso antes de que esta denominación aprobara la creación de esta nueva categoría hace cinco años. Un par de años antes Rafa Vivanco se puso la bata blanca y comenzó a hacer experimentos movido por el interés que desde hacía tiempo le removía por elaborar unas burbujas con la inspiración de la elegancia y la frescura de Champagne, pero con un estilo propio. Con el estilo de Rioja.

Fue, en concreto, la asociación bodeguera Grupo Rioja, a la que pertenece la firma Vivanco, quien tomó la iniciativa para que se pudieran elaborar espumosos de calidad bajo el sello de la Denominación, una aspiración plasmada ya en un documento estratégico aprobado en asamblea en 2015. En él se defendía una constante orientación a las inquietudes de los mercados mediante la innovación y el desarrollo de nuevos productos, pero preservando el modelo de Rioja como elemento diferencial y generador de riqueza para bodegas y viticultores. Las bodegas detectaron una clara demanda de este producto y, después de que Grupo Rioja presentara una propuesta y participara activamente en el desarrollo del reglamento, la iniciativa vio la luz en 2017.

Rafa Vivanco comenzó con monovarietales de blancas, pero acabó haciendo una mezcla de cuatro uvas diferentes, todas procedentes de la finca La Concepción. Unas 40 hectáreas plantas en 2010 y donde descansan a 500 metros de altura las nueve variedades blancas amparadas por el Consejo Regulador. Suelos arcillocalcáreos y frescura garantizada que velan por la excelencia hecha burbujas.

“Mi enfoque no era hacer un espumoso simplemente fresco, porque eso implica menos tiempo en bodega y, por tanto, menos aromas terciarios. Y lo que yo quería desde un principio era lograr ese equilibrio entre mantener la frescura al mismo tiempo que la personalidad de las variedades”, remarca Rafa. Así que fue él quien lideró la Comisión cuando se planteó desde el Plan Estratégico la creación de esta figura y su Cuvée Inédita Reserva Extra Brut, vino Espumoso de Rioja pionero en salir al mercado. Lo hizo la añada 2017 con esas primeras 3.000 botellas y, este año, las 5.700 de la añada 2018 ya se están agotando.

Rafa lo ha conseguido. Como define, ha logrado “algo genuino y autóctono”. Por eso su etiqueta, que emula a las de antaño de plata antigua, habla de cuvée y de inédita, porque nunca antes se ha elaborado un espumoso con estas características, con esa mezcla varietal donde cada uva se elabora por separado y donde el nivel de prensado también influye en su guarda: “Aquí trabajamos con unos porcentajes inferiores a lo habitual, de en torno al 50 por ciento, en la transformación de uva a mosto. Es decir, usamos la primera fracción del prensado que es la más suave y la de mayor calidad. Y es que cuanto menos prensas, menos finura, aromas y acidez pierdes porque te quedas con lo más puro a la vez que se alarga su capacidad de envejecimiento”.

Y hay más normativa diferencial. “En Champagne exigen 12 meses mínimo sobre lías antes del degüelle, pero suelen mezclar añadas para equilibrar esa acidez porque allá son zonas más frescas y el vino de un solo año puede ser demasiado ácido. En cambio, aquí, como nosotros trabajamos por añadas, yo propuse fijar un mínimo de 15 meses para el espumoso de calidad y 24 para los reservas, aunque nosotros lo dejamos hasta 30 meses. Además, en Vivanco, le damos un extra de crianza con corcho de un mínimo de seis meses. Así el vino comienza a abrirse más para que haya más oxigenación, se desarrollen los aromas y empiece a ganar finura la burbuja, que antes era más marcada”.

Mientras Rafa retira el alambre y descorcha su Cuvée Inédita Reserva Extra Brut el carbónico comienza a hacerse notar en ese dorado pálido. Pero aquí las burbujas no atacan, sino que acarician. “Son como cosquillitas que discurren por la garganta y eso es lo que aporta elegancia a este vino, que no deja de ser uno gastronómico”. Con la acidez siempre presente, los diferentes aromas aportados por la mezcla varietal y la elaboración única no se escapan de la copa. Primero, cierta densidad empaña el paladar con un aroma primario y, poco a poco, la frescura va haciéndose hueco para crear equilibrio.

Así se presentan dos añadas, con la tercera a las puertas de salir, que han dejado un muy buen sabor de boca entre los prescriptores y críticos del sector. Tim Atkin ha dado 93 puntos a ambas, mientras que la del 2017 se llevó sus 92 puntos de la revista Decanter y los 91 de Robert Parker. Pero hay reconocimientos que superan cualquier puntuación obtenida para Rafa Vivanco “Participamos en una cata con 15 muestras de Cava y nuestro vino como único espumoso y ganamos. No sabes el orgullo y placer que da ver cómo reconocen tanto tu trabajo, siendo este algo fuera de lo común, algo novedoso”, recuerda.

Este visionario tiene un sueño dentro de las fronteras de Rioja y es que esta denominación se abra hueco en el mercado de los espumosos de calidad defendiendo su materia prima: el viñedo. “Esto es un descubrimiento para la región porque todavía no está ni de lejos asimilado. Se trata de plasmarlo como un modelo de éxito donde se ensalce el perfil cualitativo de Rioja perfeccionando y posicionando el producto poco a poco en aquellos espacios donde entienda realmente su valor”.

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