Los equipos riojanos de Tercera podrían enfrentarse a una permanencia cara. El motivo: los arrastres por descensos desde Segunda RFEF. En condiciones normales, los tres peores clasificados descenderían a Regional. Sin embargo y debido a la mala situación clasificatoria de los conjuntos regionales en Segunda RFEF, puede haber otra plaza adicional.
En la actualidad, Racing Rioja, Arnedo y Alfaro ocupan zona de descenso en Segunda RFEF. Ello generaría un efecto arrastre sobre los conjuntos de Tercera. ¿En qué consiste este concepto? Para que las competiciones mantengan siempre el mismo número de equipos, es necesario igualar el número de clubes que ascienden de categoría con los que bajan. Esto afecta a todas las categorías de la pirámide nacional.
En la situación actual, bajarían tres riojanos desde Segunda RFEF a Tercera; mientras que el campeón de Tercera tiene el ascenso asegurado y otro conjunto tiene la opción de disputar un playoff nacional. Esta sería la situación, tomando como referencia la actual tabla clasificatoria:
– En caso de que desciendan Racing Rioja, Arnedo y Alfaro, bajaría también el cuarto por la cola (Comillas); siempre que no subiera nadie en el playoff de ascenso a Segunda RFEF.
– En caso de producirse dicho ascenso en promoción, no habría arrastre ninguno.
El Agoncillo depende de su filialidad
La imagen es de por sí complicada, pero un hipotético descenso de la UD Logroñés podría trastocarla más. En caso de que los pupilos de Natxo González terminaran en Segunda RFEF, el arrastre sería en cadena dentro del propio club. La UD Logroñés Promesas bajaría a Tercera y el Agoncillo, segundo filial de la UD Logroñés, acabaría en Preferente. Además, los avioneros también podrían terminar en Preferente con un simple descenso de la UD Logroñés Promesas a Tercera.
