La SD Logroñés ha vencido al Cornellá (1-0) y se despide de su afición hasta 2023. Un tempranero tanto de Sarriegi ha bastado, aunque el marcador pudo ser más amplio. Encuentro muy completo de los riojanos, capaces de dominar los noventa minutos y reducir a su rival a la mínima expresión. Con 22 puntos, los blanquirrojos se despiden de su afición hasta 2023.
Raúl Llona ha saltado a por todas, con Silvente y Castri como doblete ofensivo. La recompensa ha llegado en la primera acción a balón parado, Monreal ha rematado a bocajarro y tras una parada espectacular, Sarriegi ha embocado el rechace. El inicio era inmejorable y los catalanes no podían siquiera acercarse hacia Azón. Ribeiro y el propio Sarriegi mantenían orden, mientras el fútbol fluía con rapidez por ambas bandas. Desde luego, es admirable sacar tanto petróleo de un presupuesto tan humilde. También es lo bonito de este deporte.
De calidad no adolecen los logroñeses. Después de una gran conducción, Diego Esteban ha disparado y Lucas ha tenido que sacarla con apuros. Rechace para Ribeiro, fuera. De milagro. El control, el tempo y las oportunidades caían del mismo lado. Juego rápido y eléctrico que ha estado bien cerca del 2-0. Todo ha partido desde portería. Lanzamiento largo de Azón hacia Monroy, el lateral se ha internado como si fuera mediapunta y en el pase final hacia Silvente, este ha estrellado su disparo frente al defensa. Las sensaciones no podían ser mejores. Dominio total, sin un solo ápice de sufrimiento y con continuas llegadas.
La SD Logroñés ha interpretado perfectamente las debilidades del Cornellá. Cada balón enviado al área era sinónimo de peligro y el juego rival se limitaba a algunos balones largos. Nada ha cambiado tras el paso por vestuarios. El acoso seguía y Ribeiro ha perdonado un mano a mano de los que se lamentan. Para muestra, sus lamentos sobre el césped. Hubiera sido la guinda a su excelente partido. La única mala noticia era lo apretado del marcador. Los locales habían méritos para ir dos o más goles arriba, pero solo ganaban por uno.
Con paciencia, Llona se ha dedicado a establecer recambios. Primero, Unzueta y Samanes en la delantera. Después, Emilio por Ribeiro en el centro del campo. Si todo estaba funcionando, ¿por qué cambiar? A los barceloneses les podían los nervios y en una entrada arriesgada, Fullana ha visto la tarjeta roja. No era la primera acción agresiva de los visitantes, que estaban muy desconectados y sin crear peligro, ni apuros hacia Azón. Con veinte minutos por delante y en inferioridad, el triunfo estaba cuanto menos encarrillado.
Con intensidad y largas posesiones, la Sociedad ha conseguido llegar al tramo final sin sufrir demasiado. Su oponente, mermado por la inferioridad, no conseguía siquiera llegar al área rival. Ocho, siete, seis… el tiempo se consumía en una fría mañana de diciembre, a las puertas de Navidad. Sin dar una mala patada ni necesitar el otro fútbol, los blanquirrojos no han renunciado al fútbol bonito en ningún minuto del encuentro. Había muchos espacios y los han optimizado al máximo. En cuanto a manejo, una de sus mejores actuaciones de la temporada.
Monreal, además de defender, ha sabido también sacar el balón jugado. Todos los automatismos actuaban en sincronía. Aun con todo, ha podido empatar el Cornellá en el tramo final. Regate de Mamor, internada en el área y disparo lamiendo el poste. La única del Cornellá. De todas formas, la victoria se ha quedado en casa. Los blanquirrojos terminarán el año visitando al Bilbao Athletic (domingo, 17:00).
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