A buen seguro, ahora que el ambiente refresca, el grajo sea el ave más mencionada por los logroñeses. Pero el segundo, por derecho propio, es el de los estorninos que en estos días ofrecen una estampa tan hipnótica y espectacular como vaticinadora de un ‘bombardeo’ de excrementos.
Las imágenes que ilustran esta información la envían unos vecinos del entorno de Carmen Medrano y en ellas se aprecia cómo los estorninos sobrevuelan el paisaje urbano de la capital riojana. “Nos invaden”, advierte el operador de cámara, preocuapado por un problema que años atrás parecía erradicado en Logroño.
No en vano, el Ayuntamiento invierte en torno a 80.000 euros para el control de los dormideros de estas aves, cuya población ha crecido en los últimos meses en los parques de la ciudad, al mismo ritmo que las quejas de los vecinos. Para ponerles coto, los profesionales recurren a técnicas como sonidos de alarma, vuelos controlados de aves rapaces y pirotecnia de baja intensidad, con las que “se busca espantar a estos animales y llevarlos a otros espacios verdes situados fuera del espacio urbano de Logroño”.
