Salud

Marcos Malumbres: “Hace falta una revolución en los hábitos de vida contra el cáncer”

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

La sociedad debería acometer una “revolución” en sus hábitos de vida, principalmente alimenticios, para frenar la proliferación del cáncer, además de avanzar en un mayor desarrollo científico y de investigación enfocada a una medicina “personalizada” para los pacientes. Así lo ha considerado, en declaraciones a EFE, el jefe del Grupo División Celular y Cáncer del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) Marcos Malumbres, que este jueves ha intervenido en el II Congreso de Pacientes con Cáncer y Familiares organizado por la Asociación Española Contra el Cáncer en La Rioja.

El investigador riojano, reconocido internacionalmente por sus algunos de sus trabajos, ha detallado que ahora mismo el principal avance en las terapias oncológicas va de la mano de la “medicina personalizada” y de “empezar a trabajar pensando en que si un paciente tiene una respuesta mala al tratamiento, cual va a ser el siguiente”.

“Si el tratamiento funciona bien, todo el mundo está feliz, pero si no funciona siempre la pregunta es qué es lo siguiente” y por eso los investigadores se centran en conocer “los mecanismos de resistencia de los tumores” y para eso “prácticamente hay que saber cuales son las mutaciones que van a tener en cada paciente”.

Así “cuando te encuentras con una persona para la que las expectativas no son buenas hay que empezar el tratamiento pensando ya en cual va a ser el siguiente o, incluso, el tercero”, asume, porque “en los cánceres más agresivos sabemos que va a haber recaída” y por eso “hay que encontrar el motivo y pensar en el siguiente paso” porque “si unes varias cosas, puede haber curación”.

Pero junto a los avances que se hacen ahora mismo centrados en esas terapias personalizadas Malumbres cree que “se habla poco de cómo hacer prevención” a pesar de que “los datos demuestran que es lo primero que hay que hacer”.

FOTO: EFE/Raquel Manzanares.

Esos datos, explica, suponen que en diez años la mitad de los hombres tendrán un tumor y entre el 30 y el 40 por ciento de las mujeres; “pero dado que el 40 % de esos cánceres son evitables cambiando el estilo de vida, sabemos que podemos beneficiar al 20 por ciento de toda la población solo con prevención” lo que demuestra que “eso requiere mucha más atención de la que se le presta”.

Según diferentes investigaciones, “un cambio de estilo de vida en los primeros 30 años de vida cambia el porcentaje de tumores a partir de los 60” porque “la acumulación crónica de problemas en las células empieza temprano” por cuestiones como el tabaco o la exposición temprana a la radiación solar “que son cosas que provocan tumores 20 o 30 años después”.

Malumbres reconoce que “a un adolescente es difícil hablarle de lo que va a pasar dentro treinta años” pero “es obvio que una gran parte de tumores tiene que ver con mala alimentación y malos hábitos de vida”.

Por ello demanda “una revolución social, una concienciación que haga cambiar varias cosas a las que no hemos llegado todavía” para evitar el avance del cáncer, en especial en la alimentación “aunque es una pena ver cómo eso contrasta con el abandono paulatino del campo”.

Algo que tiene que ir unido a más investigación, por ejemplo en aplicaciones de inteligencia artificial “que tiene unas grandes posibilidades para conocer los tumores y cómo atacarlos son extraordinarias” ya que “se llega a extraer muchísima información hasta de las pruebas más rutinarias que se le hacen a un paciente”.

“Los avances en ciencia que hemos tenido en los últimos años son extraordinarios, aunque hay que aceptar que se trata de una enfermedad muy difícil, que luchamos casi contra la evolución de la especie humana, que es lo que a veces representa el cáncer”, detalla Malumbres.

No obstante cree que “hay que avanzar más en España sobre todo en que la investigación se convierta en rutina clínica” aunque “nuestros hospitales no están definidos para investigar, para ir más allá de buscar la curación de cada paciente”, lamenta, ya que eso hace que “el análisis masivo no esté incorporado a la práctica clínica diaria, eso hay que corregirlo, no podemos dar un paso si no conocemos lo que pasa”, concluye el investigador riojano.

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