Los cementerios de ciudades y pueblos han vuelto a ser el escenario de una cita ineludible tal día como este martes en el que se celebra la Festividad de Todos los Santos. Tras el acondicionamiento y disposición de nichos que se sucedieron durante la jornada anterior, colocando ramos, coronas y jarrones, los campos santos han lucido lustrosos para reunir a familiares con las flores y el silencio como acompañantes.
Así se ha visto este martes las tumbas y panteones familiares del cementerio de Logroño, hasta donde han acudido centenares de personas a lo largo de la mañana como acto de homenaje a sus difuntos. Un gesto que guarda una tradición religiosa que perdura con el paso del tiempo.