Gastronomía

Autol se vuelca con sus champiñones y setas

Hoy es uno de los sectores más importantes de la región, pero los primeros esbozos del cultivo del champiñón en La Rioja Baja llegaron a mediados de los años cincuenta, cuando los inicios del cooperativismo vitivinícola dejaron a merced de la suerte muchas bodegas familiares de diversas localidades, entre ellas Autol. En la búsqueda de nuevos espacios, las familias pioneras en el mundo del champiñón ocuparon esos pequeños calados para su cultivo. Muchos agricultores además vieron en lo que era un cultivo incipiente un complemento perfecto para sus ingresos.

Más de medio siglo después, el cultivo se ha tecnificado y profesionalizado y el sector, a pesar de tener momentos más y menos buenos, está totalmente implantado en determinados municipios de La Rioja Baja que con mimo no sólo producen sino que dan a conocer un mundo del que viven, en el caso de Autol, buena parte de sus vecinos.

Y así, con el objetivo prioritario de dar a conocer el producto y con él los recursos turísticos del municipio, su gastronomía y el don de sus gentes, este fin de semana Autol se vuelca en celebrar unas jornadas que se han convertido en el mayor reclamo de turistas para el municipio.

Todo el pueblo se desvive porque la experiencia sea única. Voluntarios haciendo pinchos desde hace semanas, otros sirviéndolos, otros animando las calles. Todo es exquisito en Autol durante estos días en un ir y venir constante de vecinos de otras localidades y de otras comunidades.

Desde el pasado jueves la actividad no ha cesado ni un minuto. Humor, gastronomía puramente riojana y vino de la tierra daban el pistoletazo de salida a unas jornadas que se inauguraban el viernes. La carpa de las antiguas escuelas se convirtió en un lugar donde descubrir las bondades del cultivo a través de una muestra de los mejores productos que da esta tierra.

Y así hasta este sábado, día estrella de las jornadas con la ‘cocina en vivo’. Más de 20.000 pinchos se han sacado a las calles catonas demostrando la versatilidad del producto. Croquetas de champiñón, rissotto con setas, revueltos, setas a la plancha, champiñones al ajillo. De mil y una formas, todas deliciosas y a precios tan asequibles que era fácil comer por un precio módico disfrutando de carpa en carpa del mejor producto.

Unas jornadas que han ido creciendo con el paso de los años y han ido complementándose con muchas más actividades que proponen al visitante un fin de semana perfecto. Deporte con la tradicional carrera de la seta y el champiñón, actividades infantiles para que los más pequeños también aprendan con su curiosidad innata los beneficios de comer champiñón, música a través del Micelio Fest, concursos de recetas tradicionales que demuestran la labor que se hace en las casas a la hora de aumentar el consumo de champiñón.

Porque para muestra los botones que estos días pueden verse en un municipio en el que también la restauración da el do de pecho. No hay bar que no tenga su pincho con el champiñón y la seta como base fundamental. Recorrerlos es disfrutar de la esencia y la modernidad puestas en bandeja para el visitante. Pero además los restaurantes han elaborado unos menús dignos de mención con platos a la altura del producto sin dejar de lado un sabor único en estas tierras.

Y si todo eso no fuese suficiente, el vino también estará muy presente en las jornadas a través de la bodega cooperativa ‘Marqués de Reinosa’. Sus vinos, siempre presentes en la historia del municipio, han sido un complemento perfecto al sabor del champiñón en una gran cata que cada año consigue maridar a la perfección los dos productos estrella del municipio. Una oportunidad única para acercarse a este municipio de La Rioja Baja que estos días desprende lo mejor de su gastronomía, de su esencia y de su patrimonio.

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