La Rioja

Jóvenes voluntarios de diez países documentan la cerca del Monasterio de Yuso

Un total de trece jóvenes voluntarios procedentes de diez países participan durante esta semana y la próxima en un proyecto de la Fundación San Millán de la Cogolla para documentar la cerca histórica del Monasterio de Yuso, que lleva por título ‘Un muro que nos une’.

Por segundo año consecutivo, el Programa de Educación sobre el Patrimonio Mundial de la Unesco ha elegido esta iniciativa para formar parte de su campaña Voluntarios del Patrimonio Mundial, ha informado este viernes la Fundación San Millán de la Cogolla.

Estos trece jóvenes proceden de Alemania, Bulgaria, Estados Unidos, Francia, Honduras, India, Jordania, Pakistán, Polinesia Francesa, Reino Unido y Taiwán, y están realizando sus estudios de especialización en diferentes áreas relacionadas con el patrimonio cultural.

La actividad de este año es la segunda fase del programa iniciado en 2021 sobre la cerca histórica del Monasterio de Yuso, que se ha elegido como objeto de estudio para llamar la atención sobre la importancia de algunos elementos patrimoniales, en cierta forma, invisibles.

Se busca comenzar un proceso de estudio, recuperación y puesta en valor de estos elementos, así como de sensibilización de la comunidad local y de las administraciones públicas.

El conjunto monástico emilianense no solo consiste en los propios edificios religiosos, sino que también comprende una variedad de edificios y unidades más pequeñas que dan testimonio del hecho de que los monasterios no solo eran lugares para la vida religiosa, sino centros económicos que tenían relevancia para toda la región.

Junto al Monasterio de Yuso, el elemento más impresionante es el muro histórico que rodea el conjunto y que tiene una longitud de varios kilómetros y una altura de entre dos y más de cinco metros. Durante este campo de voluntariado se documentarán en detalle aquellas partes del muro que separan el entorno urbano del espacio monástico, un tramo de casi dos kilómetros de longitud.

Esta documentación seguirá los estándares de documentación patrimonial e incluirá fotografías, dibujos y una parte verbal, tal y como se hizo en la campaña de 2021, y los participantes trabajarán en grupos. Cada grupo tendrá dos tareas: una relacionada con la composición original de la cerca, y otra sobre el estado de conservación, problemas estático-constructivos, intervenciones posteriores, degradación y aspectos similares.

Al terminar, se elaborará un documento final donde se recopilarán todos los aspectos estudiados y que servirá de guía para plantear intervenciones de conservación posteriores, pero también como una herramienta para crear conciencia entre la población acerca de cómo evitar intervenciones inadecuadas.

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