Toros

Víctor Hernández y una corrida de toros en miniatura

La novillada de ‘Alcurrucén’ – ‘El Cortijillo’ lidiada hoy en Arnedo era una corrida de toros en miniatura. De exquisita presentación. La armonía llevada en sus lineas: sus bajas manos y su lomo recto. Toreras sus caras. Toda tan pareja como cuajada. Sin ninguna estridencia. Ni un retal ni un novillo sobrante. Dichosa forma ésta, la de cuidar la selección del ganado, de dar realce e importancia a una feria. Lucieron divisa negra en recuerdo de la logroñesa Carmen Díaz Cendra, esposa del ganadero Pablo Lozano, fallecida la semana pasada.

El comportamiento de los seis novillos fue similar. Todos tan en ‘núñez’ en hechuras y también en juego. Tan fríos de salida, tan agradecidos a medida que transcurría la lidia (si se les hacían las cosas medianamente bien). Tan como queriéndose ir, pero sin terminar de largarse.
Y un dato: en todas y cada una de las lidias sonó un aviso.

Víctor Hernández se proclamó triunfador de la tarde y dejó su impronta de novillero cuajado y técnicamente sobrado. A su primer enemigo le faltaron uno, o muchos, puntos de transmisión. Hernández, que había recibido de rodillas a ‘Timbales’ para quitar después por gaoneras, se mostró solvente. Mató de buena estocada y paseó el primer trofeo de la tarde.

Otra vez su técnica vino a sujetar a ‘Flautista’, que siempre amagó con irse en busca de terrenos de nadie. Dos series aseadas llegaron por el pitón derecho y otras tantas, de mayor empaque, profundidad y largura al natural, aprovechando el buen son, la transmisión y la repetición por el izquierdo del animal.. Y ya, porque el entipado novillo de la familia Lozano se paró y dejó de embestir y la serie de naturales que Hernández había dejado para e final nunca llegaría. Acertó con los aceros y cortó otro trofeo.

Sergio Rodríguez inició su primer trasteo con mucho gusto. Hubo un cambio de mano sensacional y los de pecho brotaban de pitón a rabo, siempre tan ligados al resto de la serie. Fue ese ‘Afectuoso’ el de mejor juego del encierro, el más agradecido de todos, pero su escasa alzada venía a desdecir con la envergadura del novillero y aquello quedaba un poco como desangelado y sin demasiado ajuste. Aquella superioridad de Rodríguez en su primero se esfumó y el diestro abulense no terminó de acoplarse ante su segundo oponente, un toro más tardo y que embistió a arreones y con desorden. Justo cuando medio se impuso Rodriguez se fue a por la espada de verdad, que usó ciertamente mal. ‘Licenciado’ permitió que se luciera José Rodríguez Morato a caballo y Rubén Sánchez y Antonio Ventana, que se desmonteraron tras un vibrante tercio de banderillas.

A Carla Otero la sacaron a saludar nada más romperse el paseíllo. Venía de ganar el ‘Zapato de plata’ en marzo y compartió el cariño de Arnedo con sus compañeros de cartel, todos vestidos de malva y oro. A Otero se le notaron las costuras propias de quien solo ha participado en media docena de novilladas con picadores y la novillera guadalajareña medio naufragó.

Su primer enemigo derribó al caballo de picar, que costó un mundo volver a poner en pie, y la lidia se desordenó. Carla recibió una fea voltereta y nunca pudo dominar unas embestidas que terminaban con los pitones a la altura de sus hombreras. ¿Solo puede doblarse uno al principio de la faena? Otero aliviaba las embestidas de ‘Rompe-Luna’ por arriba y aquello sólo empeoraba.

El inicio del trasteo a su segundo, lleno de gusto y sabor, fue lo mejor de la actuación de Otero, que sufrió una voltereta peor que la anterior. Mató mal y poco más que contar.

Plaza de toros de Arnedo (La Rioja). Tercera de la Feria del Arnedo. Menos de media entrada. Novillos de El Cortijillo y Alcurrucén (5º), muy bien presentados, de juego variado, aunque con poco fondo. Los de más opciones, los lidiados en primero, segundo y cuarto lugar.

• VÍCTOR HERNÁNDEZ, oreja tras aviso y oreja tras aviso.
• SERGIO RODRÍGUEZ, ovación tras aviso y silencio tras aviso..
• CARLA OTERO, palmas tras aviso y silencio tras aviso.

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