La Rioja

“Siendo alcalde de un pueblo pequeño lo dominas todo”

Entró en 1999 como concejal de Tudelilla y a los cinco años pasó a la alcaldía. Después de dos décadas siendo la autoridad máxima del municipio, estas fiestas anunció que no se presentará a las próximas elecciones. Raúl Lavega hace balance de los veinte años que ha estado al frente del Consistorio del municipio que le vio nacer.

– ¿Cómo decide un chaval de 23 años dar el paso de entrar en política?

– Yo estaba afiliado al Partido Popular. Mi vida siempre había estado ligada por familia al servicio público: mi padre ya había sido concejal, mi abuelo era el aguacil, el otro era el guarda. Me gustaba la política y me sigue gustando. Me propusieron como candidato. No creo que hubiese muchos más voluntarios entre los que poder elegir.

– Entraría con ganas de revolucionarlo todo.

– Entras con ganas de hacer cosas pero no sabes hasta qué punto tienes margen para actuar. Casi todos entramos un poco a ciegas. Luego te fijas lo que se hace en otros pueblos. Nadie inventamos nada, copiamos o remodelamos lo que vemos en otros pueblos. Luego hace falta que te salga bien o no. Creo que en la época que entré yo hubo un cambio generacional que fue positivo, pasamos de perfiles de alcaldes mayores a gente mucho más joven.

– Los alcaldes de los pueblos parece que duran más que en las ciudades. ¿Se podría hablar de caudillismo en estos pequeños municipios?

– En los pueblos la gente está más acomodada, no les gustan tanto los cambios. Hay que reconocer que siendo uno alcalde de un pueblo así, lo domina todo. Tú tienes toda la información. La gente le da más poder al alcalde del que tiene. ¿Se le puede llamar caudillismo? Llámalo como quieras.  El problema de los municipios es que la administración funciona de aquella manera por la escasez de recursos y el alcalde termina teniendo prácticamente todo el poder. Nadie se ha planteado hacer un análisis del funcionamiento de la administración local de estos pueblos pequeños. Cada vez hay más normativa, más procesos, pero menos recursos.

– ¿Los problemas vienen sobre todo de las leyes urbanísticas?

– Muchas veces por el hecho de no hacer mal a nadie te ves en situaciones de mucho riesgo. La gente pide que les firmes una licencia que sabes que no cumple la normativa. Posiblemente nadie se enteraría, nadie se va a quejar… Yo en esos casos toreo el asunto como puedo, a veces le traslado la responsabilidad al propio solicitante diciéndole que siga adelante bajo su responsabilidad, pero nadie quiere hacerlo sin la firma que autorice aún sabiendo que no cumple las normas. Pero hay muchos más casos. Llega el momento de repartir puestos de primer empleo, todo el mundo te pide que contrates a su hijo, a su sobrino… intentas repartir esos puestos con justicia, pero no es fácil.

– ¿Te han ofrecido alguna vez un sobre para hacer algo que no debías?

– Un sobre, no, pero sí que me han ofrecido dinero por dar un contrato. Me sorprendió porque no era un contrato muy cuantioso. Me dijo : “¿Cuánto quieres por dármelo?”. Luego me aseguró que era una practica habitual. Me pilló fuera de juego, pero obviamente le dije que no. Una cosa es que te hayan querido tantear con palmaditas en la espalda que ves por dónde vienen y otra cosa era algo tan directo. Tampoco conozco casos en La Rioja aunque a veces dan que pensar las relaciones de algunos alcaldes y concejales con empresarios. Luego pienso que otros pensarán lo mismo de mi.

– ¿Después de tantos años, qué marca la diferencia para decidir no presentarse a las próximas elecciones?

– Llega un momento en que ves que ya no es positivo ni para ti ni para el pueblo. Un alcalde de un pueblo como Tudelilla es alcalde 24 horas, 7 días a la semana, 365 días al año y llega un momento que piensas: yo no puedo pasarme la vida atendiendo vuestros problemas personales, porque el alcalde también se encarga de cosas así. Y eso va minando.

– ¿Que los pueblos pequeños se mancomunen es una solución a todos estos problemas?

– Es una deriva positiva cuando se hace con conocimiento de causa. Muchas veces hay que propiciarlo pero no dejar que pase por que sí. Todos queremos frontones, pistas de tenis, pistas de papel, aunque haya dos habitantes y eso no puede ser. Ha pasado también con los consultorios médicos. Hay que plantearse cómo racionalizar un servicio médico porque no es viable para tres o trescientos vecinos.

– Pero los quitas y tienes una manifestación como las que hubo el verano pasado.

– Lo que hay que hacer es salir con un par y explicarlo en toda La Rioja y estudiarlo y que el ciudadano lo entienda pero no hacerlo como se hizo, sin ninguna explicación ni a los vecinos ni a los alcaldes. No se puede hacer además aisladamente en unos pueblos sí y en otro no. Creo que la gente si lo explicas claro, lo entiende. Los alcaldes tenemos que defender lo nuestro a capa y espada pero también entendemos que los recursos no son ilimitados.

– Nunca ha sido demasiado optimista con el tema de la despoblación.

– No es que no sea pesimista, es que soy realista. Y eso que los datos ahora en Tudelilla son buenos. El objetivo no pasa por crecer en población sino en no perderla. Que haya personas dispuestas a venir a vivir al pueblo. Y ojo, que no la estamos perdiendo gracias a la llegada de inmigrantes.  Que luego la gente te dice que no son de aquí, pero están haciendo más por Tudelilla que muchos que deciden irse a vivir a Calahorra o Logroño. De momento tenemos el colegio con un número de niños que quintuplica lo que teníamos hace unos años. Vivir o no en un pueblo no depende tanto de los servicios como de una decisión personal. La realidad es que tampoco se han tomado medidas para estabilizar la población. Nos fijamos en Europa para todo menos para eso, y mira que teníamos cerca el ejemplo de Francia que lleva décadas trabajando en ese asunto.

– ¿Qué se le queda en el tintero después de veinte años de alcalde?

– Esa es otra de las razones por las que dejas una alcaldía: el trabajo de alcalde nunca se acaba. Te das cuenta en la tercera legislatura cuando ya tienes que reformar cosas que habías sacado tú adelante. Pero si nos centramos en la pregunta me hubiese gustado darle un impulso mayor a la agricultura; una concentración parcelaria.

– ¿Y por qué no se ha hecho?

– Hemos hecho muchas cosas, mejoras, hemos apoyado la transformación del trujal, pero me pesa que realmente no hayamos podido plasmar la modernización de la agricultura y no se ha hecho porque hay veces que preguntamos demasiado a los vecinos y no obtenemos su complicidad. Se hicieron un par de intentonas, pero unos lo veían positivo y otros se te echaban al cuello. En estos casos creo que a la gente hay que darle las decisiones tomadas. En ese aspecto sí soy caudillo, pero es que hay que hacerlo así. Es una pena que no hayamos hecho esa transformación. Otro de los problemas o la raíz del problema es el individualismo generalizado que hemos practicado en Tudelilla, lo mío es lo mejor.

– ¿De qué se siente más orgulloso de estos años?

– De que ese sentimiento de orgullo por Tudelilla haya nacido en los vecinos, de que vean que tienen un pueblo bonito que la gente de fuera lo valora. Se ha conseguido que los vecinos sepan valorar cosas que antes no veían.

Subir