Vuelve la normalidad. ¡Bendita normalidad! Miles de logroñeses han dado este sábado carpetazo a tres años de angustia y resignación ante las restricciones que han marcado los primeros años de la década del COVID. Y con la ilusión de una primera vez han regresado a la Plaza del Ayuntamiento las sonrisas, los abrazos, los bailes y, en definitiva, la euforia propia de quien está dispuesto a disfrutar en 2022 lo reprimido en 2020 y 2021.
Las dimensiones de la plaza se han vuelto a demostrar escasas para acoger a una ciudad y una región entregada a la celebración de poner punto y aparte (que no final) a una pandemia que nos ha robado la normalidad desde el invierno de 2020. Razones hay de sobra para anudarse el pañuelo al cuello y brindar por haber salido (mejores o no) de la peor crisis sanitaria que a buen seguro nos tocara vivir.
El lanzamiento del cohete marca el punto de partida a siete días poniendo a prueba la resistencia física en degustaciones, conciertos, visitas a chamizos, las barracas, las vaquillas, los toros o las charangas. Por delante queda una semana en la que las economías familiares se enfrentan al equilibrio imposible de maridar la mesura y el “una vez al año no hace daño”. ¡Ánimo, valientes! Que la fiesta sea con vosotros.
