Toros

A ‘Rumbero’ le hubiera gustado bailar con Talavante

FOTO: Eduardo del Campo.

Nada hubo más lejos hoy en Logroño de ‘Rumbero’, un gran toro de Domingo Hernández, que el toreo de ‘Cayetano’. Desempolvó el de Ronda reminiscencias belmontinas y no por la puesta en escena, no; sí por aquello de que ‘Dios te libre de un toro bravo’, que vino a sentenciar Juan Belmonte. La ofensiva estampa de ‘Rumbero’, sus pies de salida, su forma de hacer todo humillado, su capacidad de repetir; su poder, en definitiva, trajo de cabeza a ‘Cayetano’.

Intentaron terminar con el empuje de ‘Rumbero’ en el caballo, pero ahí que el toro empujó humillado y metiendo los riñones. Hasta derribó en un puyazo largo y medio criminal. Le taparon la salida y, por si fuera poco, el segundo castigo fue demasiado trasero.

Parecía no enterarse ‘Cayetano’ de lo que tenía frente a él. Y brindó al público y comenzó el trasteo a dos manos por alto, como queriendo dar aliento a un toro que luego le quitaría el resuello al torero. No dio ‘Cayetano’ ni con los terrenos del toro ni con los suyos. Siempre despegado y sin salirse nunca del tercio. Hasta se perfiló en terrenos de chiqueros y en la suerte contraria… ¡frente a un toro bravo! Lo único que no tuvo de bravo ‘Rumbero’ fue la muerte. Razón: el bajonazo con el que fue pasaportado. El trofeo del toro de cante grande resultó excesivo.

FOTO: Eduardo del Campo.

Se repetiría la historia en el sexto. No de la bravura, pero si de la estampa, el caos durante la lidia, y la falta de mando de ‘Cayetano’, perdiendo pasos y recorriendo casi toda la plaza en una faena sin fuste y tropezada. ‘Barbafina’ se llamaba este remiendo de Loreto Charro, que vino a parchear un encierro de Domingo Hernández estropeado en el campo.

La expresión de ‘Parasolillo’, el otro toro de Loreto Charro, adivinaba la clase y el temple de su embestida. Tocadito arriba del pitón derecho, cerrando la cara, bajo y pelín ensillado, permitió lucirse a Talavante a la verónica. Pelín descompuesto y con cierta violencia llegó a la muleta de Talavante, que ya desde la primera serie en redondo consiguió mutar aquel ímpetu por una dulzura exquisita. Tan a placer toreó Talavante que a la faena pareció faltarle esa tanta rotunda y exigente. Seguro que ‘Parasolillo’ no estaba para tanta fiesta.

 

FOTO: Eduardo del Campo.

Siempre se adivinó el fondo de su empuje y su poder. Hubo cambios de manos, circulares, pasajes mirando al tendido, bernadinas y también tiempos muertos fruto de la inteligencia del extremeño… De temple rebosante todo. Un pinchazo privó a Talavante del doble trofeo. No fue ‘Parasolillo’ mejor que ‘Rumbero’, ni mucho menos, pero cayó en mejores manos. ¡Ay si se hubieran bailado juntos ‘Rumbero’ y Talavante…!

Inédito quedó el extremeño ante su primero, un inválido de Domingo Hernández, que se movió como alma en pena.

Guillermo Hermoso de Mendoza marró con los aceros un triunfo importante, tanto como lo fue su segundo enemigo, que nunca dejó de galopar y perseguir las monturas del joven rejoneador navarro. ‘Bonitero’ se llamaba este importante toro de ‘El Capea’. Que Guillermo solo optara por clavar un rejón de castigo, le sirvió para que la importante acometida de ‘Botinero’ perdurara durante toda la lidia. Y así, el estellés, pudo lucirse a lomos de Berlín con vistosas ‘hermosinas’; montando a ‘Ecuador’, con quien se gustó en dos quiebros de bella factura; con ‘Esencial’ llegaría el cénit de la obra, clavando a dos manos banderillas cortas.

FOTO: Eduardo del Campo.

 

Ante su primero, lució especialmente a lomos de ‘Ilusión’, un caballo de gran expresión y que siempre ofreció los pechos al distraído astado de ‘El Capea’, que terminó por pararse.

Que no se me olvide. Antes, la tarde comenzaría con el cántico de ‘limpia la plaza, Chopera limpia la plaza, limpia la plaaaaaazaaaaa…’, siguió por que nadie aplaudió de salida la muy importante presentación de los astados para la lidia a pie y finalizó casi en penumbra (se encendieron las luces de la plaza habiendo recibido el toro el primer puyazo). Lo que viene a consumar una especie de divorcio entre empresa y afición.

Plaza de toros de ‘La Ribera’, primera de la feria de San Mateo. Media entrada.

2 toros para rejos de ‘El Capea’, de muy buen juego el lidiado en 4º lugar. 2 toros de Domingo Hernández, inválido el que hizo segundo y bravo, exigente y encastado el lidiado en tercer lugar, de nombre ‘Rumbero’. Y 2 toros de Loreto Charro, de gran clase el 5º. Muy bien presentados los toros para la lidia a pie.

Guillermo Hermoso de Mendoza: silencio y silencio.

Alejandro Talavante: silencio y oreja.

‘Cayetano’: oreja y saludos.

Se aplaudió a Miguel Ángel Muñoz, que picó al quinto.

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