La Rioja

Claves económicas para superar la vuelta a la rutina en época de incertidumbre

Acostumbrados a hablar de la ‘cuesta de enero’ la de septiembre también tiene mucho que decir. Después de un verano donde las familias han echado el resto para resarcirse de las vacaciones que la pandemia les había quitado, toca volver a la realidad. Comenzamos uno de los meses más complicados financieramente hablando y es que, a los gastos habituales, se une el coste de la vuelta al cole y la actual coyuntura económica. Toca ajustar el presupuesto pero, ¿cómo?

“Las crisis de 2008 y la del COVID han conllevado una situación de endeudamiento y dificultad para llegar a fin de mes. Además, los salarios se han reducido de manera importante y por tanto las rentas familiares. Si a esto le sumamos la incertidumbre relacionada con las materias primas derivada de la guerra de Ucrania, estamos ante una tormenta perfecta. Una situación que nos recuerda al año 70 con un estancamiento económico y una crisis energética. Un escenario del que se pudo salir y se podrá hacer ahora con varios reajustes en el día a día”, explica Francisco Joaquín Cortés, profesor del Máster Universitario en Asesoramiento Financiero y Bancario de UNIR.

¿La clave? Una buena planificación financiera. Cortés recomienda ajustar los gastos lo más posible, sobre todo los relacionados con la energía, haciendo un estudio del contrato de suministro que tenemos y viendo si realmente se adapta a nuestras necesidades como consumidores. A partir de ahí, “buscaremos compañías que ofrezcan una mayor garantía en el precio de la energía”.

Por si fuera poco, estamos en un entorno de subida de tipos de interés, y concretamente el euríbor “aumenta y seguirá haciéndolo”, cuestión que se va a trasladar a las hipotecas. “Si las familias tienen la posibilidad de negociar su hipoteca y convertirla en una a tipo de interés fijo, que lo hagan. Aunque paguen ahora un sobreprecio, se garantizan una mayor certidumbre en el futuro”. Renegociar la hipoteca sería otra de las recomendaciones para hacer frente al futuro más próximo.

¿Prescindible o imprescindible?

Planificar y evitar endeudamientos sería lo ideal, sobre todo ante una situación de subida de tipos de interés, pero también hay que contar con los imprevistos de una forma u otra surgen. “En una tesitura donde las rentas son bajas, hay volatilidad en los precios y en los tipos de interés, es el momento de replantearse qué gastos son imprescindibles”.

En la alimentación, por ejemplo, la compra de pescado fresco ha caído un 17,8 por ciento en junio y la de carne, un 13,5 por ciento según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Los precios del aceite han aumentado un 56 por ciento desde el principio de 2021, los cereales se han encarecido un 17 por ciento, los lácteos y huevos, un 16, y la carne, un 10 por ciento. Cifras que abocan al peligro de recurrir al consumo de productos no frescos, en conserva y más industriales.

“Aquí es donde no hay que recortar, sobre todo en la alimentación de los niños, porque, a largo plazo, repercutirá en la calidad de vida y la salud”. Entonces, ¿es posible reducir gastos sin que la sostenibilidad se vea amenazada? “Claro”, responde Francisco Joaquín. “Vivimos en una sociedad opulenta. Aunque hay distintos niveles de renta, es verdad que la clase media se ha visto dañada con las dos ultimas crisis, pero aun así veníamos de una sociedad donde muchas de las cosas que consideramos necesarias e imprescindibles no lo son tanto”.

Cortés lo ejemplifica con los “vehículos de alta gama” de las familias. “Puedes optar también al transporte público, muy asumible y, en algunos casos, gratuito. Eliminar estos signos de opulencia no es difícil, pero conlleva un cambio cultural que está costando llevar a cabo”. El profesor de UNIR destaca también la posibilidad de utilizar más equipamientos de segunda mano, utilizar la economía colaborativa o, algo más sencillo, compartir desplazamientos al trabajo. “Tendríamos que revisar ese modo de vida que tiene impacto en el medio ambiente y es compatible con una mejor salud y ajuste en el presupuesto familiar”.

Ahora llega la vuelta al cole y muchas familias se van a topar con grandes dificultades hasta el punto de tener que endeudarse. “No pasa nada siempre y cuando sea para ese tipo de fines: educación, alimentación y salud. El error está en reducir la contratación de seguros de salud, por ejemplo. Lo mejor sería replantearse otro tipo de gastos y planificar a través de adecuados productos financieros, una hipoteca que se ajuste a las necesidades…”.

Cortés advierte el peligro de recurrir a las tarjetas de crédito a la hora de endeudarse o a determinadas empresas que ofertan préstamos con “altísimos” tipos de interés. “Hay mecanismos para endeudarse, pero de forma sana. La clave está en que el endeudamiento no dure más que ese algo por lo que te hipotecas, es decir, que la deuda no dure más que el coche que te has comprado”.

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