Agricultura

Turbulencias en los graneros: la salida de cereal ucraniano rebaja los precios

La salida de cereal ucraniano rebaja los precios del producto almacenado en La Rioja

El grano riojano reposa ya desde hace semanas en los almacenes. Algunas toneladas aguardarán meses ahí para salir cuando los segadores lo estimen más rentable, mientras que otras partirán a sus destinos en pocas semanas después de concluir esta mermada cosecha de 2022 (en torno a un 40 por ciento menos de producción respecto al año anterior).

Porque lo que marca ahora el devenir de las lonjas de precios nacionales son los viajes de los buques ucranianos cargados de cereales que continúan navegando por aguas revueltas. Algo más de una decena de barcos han partido ya de los puertos ucranianos desde el pasado 1 de agosto, aunque no todos han llegado a su destino inicial por los cambios derivados de las operaciones comerciales con terceros países.

Estas salidas, poco esperadas por el sector al intuir que la situación del bloqueo ruso perduraría durante más tiempo, han derivado en turbulencias en el mercado de cereales. En las últimas semanas los precios han sufrido una tendencia a la baja que ha alterado el sosiego en el que se encontraban los labradores tras meses con unas cifras históricas y ahora la volatilidad marca la actualidad.

Las últimas actualizaciones de las cotizaciones a nivel nacional (a falta de que la Cooperativa Garu publique a final de mes sus precios) sitúan la tonelada de trigo en torno a los 330 euros y la de cebada, en los 318 euros, unos precios altos aún así. A finales de mayo, la cebada rondaba los 348 euros por tonelada y el trigo, en torno a los 360 euros la tonelada. Pero lo mismo suben la próxima semana o vuelven a bajar.

El cerealista Honorio Pinilla.

“Nadie sabe si vender ya o esperar por si suben de nuevo los precios. La incertidumbre es enorme, una vez más”, asegura el cerealista riojano Honorio Pinilla. En su caso, vendió parte de lo cosechado antes de agosto, pero no se atreve a hacer lo mismo con el grano que todavía almacena. “Además, si das orden ahora de vender, hasta mediados de septiembre no lo cobrarías y lo harías con el precio que haya entonces, que a saber cuál es. Así que hay poco movimiento porque nadie sabe cómo va a evolucionar esto”.

Quienes dieron salida a su producción antes de que la balanza cambiara de inclinación no se verán tan afectados, así como los que hicieron un contrato a cobrar a los seis meses. “Creo que esta vez muchos se han acogido a los contratos porque lo que había eran unos superprecios”, opina el agricultor veterano, que a sus 70 años reconoce que ya tiene buena experiencia en afrontar estas fluctuaciones de los mercados.

Pero cuantos más barcos parten desde el país invadido, más se acrecienta el problema. “Y mientras tanto, el coste del abono no baja. Este año creo que las cuentas van a salir peor que el anterior, sobre todo para quien no haya vendido antes de agosto. Aunque habrá que ver cómo volucionan las próximas semanas”.

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