La Rioja

Llegar a Santiago: todo un reto a más de 40 grados

FOTO: EFE/Raquel Manzanares.

Unas buenas zapatillas deportivas, ropa cómoda -y procurar que no pese-, mochila a la espalda y ahora también agua, mucha agua. Así se preparan cientos de peregrinos que escogen las vacaciones de verano para llegar hasta Santiago de Compostela.

Desde hace casi una semana una ola de calor ha sacudido la península, dejando en alerta naranja y roja la Ribera del Ebro a su paso por Logroño. Los caminantes también lo han sufrido y dicen estar cansados y muy sofocados.

Ole y Louise (Copenhague, Dinamarca, 58 y 56 años) son dos peregrinos recién llegados a Logroño. Su punto de partida comenzó en Roncesvalles hace 10 días. Aunque ya es la quinta vez que realizan el Camino de Santiago, dicen que esta vez «ha sido la más dura». Llegan agotados, sudando, y tan sólo son las once de la mañana, pero los termómetros de la capital riojana ya casi rozan los 30 grados.

«En los cinco años que llevamos haciendo el Camino, jamás lo habíamos pasado tan mal», explica Louise. Cuenta que piden agua a todos los vecinos que se encuentran en sus destinos, cargan en su pequeña mochila tres o cuatro botellas y salen a andar. «La gente suele ser muy agradable, nos dan agua y algo de comer, estamos muy agradecidos», dice Ole.

Además, sus horarios para salir a caminar han cambiado y su camino ha dado un giro de 180 grados. Los primeros cuatro días partían sobre las 9 o incluso 10 de la mañana, y llegaban a su destino sobre la hora de comer. Ahora, sin embargo, ven inviable caminar a partir de las 12 de la mañana. Por ello, han decidido adelantar sus horarios: madrugan y salen a caminar en torno a las 6 de la madrugada para llegar a su destino sobre las 11 y descansar. «Cuesta más andar, llegaremos a Santiago un poco más tarde de lo previsto», comenta Louise.

Aun así no pierden la esperanza de continuar y «rezan a Dios» para que las altas temperaturas que sacuden la península bajen cuanto antes y poder llegar a Santiago pronto.

Agua helada contra los mareos

 

 

Juan (México, 68 años), Tomás (San Diego, California, 63 años) y Timoteo (San Diego, California, 68 años), son tres ‘bicigrinos’ que han aprovechado su llegada a Logroño para parar en la plaza del Mercado a almorzar. Su séptimo día de etapa todavía no ha concluido y esperan llegar a su destino, Nájera, antes de comer. 

Lo primero que piden al camarero: agua. Y no una botella, sino dos, además de dos refrescos y un café. Han pedaleado 28 kilómetros que separan al pueblo navarro de Los Arcos con la capital riojana. Allí, un vecino les alertó sobre las altas temperaturas que se preveían para el día siguiente, y como muchos otros han decidido madrugar para así evitar las horas más sofocantes. 

Partieron desde San Jean Pied de Port (Francia) hace 7 días. En su recorrido cuentan que han conocido a «muy buenos amigos» y que, los últimos días, el calor azotaba tan fuerte que “se encontraban mal, mareados”. Timoteo incluso muestra quemaduras a lo largo de sus piernas, aunque confiesa no haberse protegido lo suficiente.

Para tratar de combatir la ola, cuando llegan al albergue donde pasarán la noche se pegan una ducha de «agua helada». A veces, dicen que llegan mareados y mojan sus camisetas con agua fría para colocárselas alrededor de la cabeza porque «es la única forma de poder seguir» y quieren llegar a Santiago.

El mexicano Juan admite que cargar la mochila en la bicicleta «se hace cuesta arriba». Por ello, han pensado en contratar una agencia de transportes que les facilite el camino y así quitarse un gran peso de encima. «Llevamos demasiadas cosas en las mochilas, y cargar con tanto peso hace que sudemos más y que pasemos más calor», explica el mexicano.

Para Tomás y Timoteo es su primera vez en Europa, y dicen haberles sorprendido el clima de España. «Sabíamos que hacía calor, pero no tanto», cuentan los estadounidenses. «La experiencia es increíble y nos hace felices poder estar aquí, pero si volviéramos a hacerlo, elegiríamos otras fechas», concluyen ambos.

 

El Camino de Santiago discurre por La Rioja a lo largo de 70 kilómetros llenos de historia, cultura y patrimonio. Tres etapas en las que Eduardo y Bárbara ayudan a cientos de estos peregrinos haciendo de su camino una experiencia más feliz, cómoda y, lo más necesario, ligera, muy necesario en esta ola de calor.

Su empresa de transportes de equipajes, Jacotrans, traslada las mochilas de los caminantes desde su alojamiento de partida hasta su destino. Se encargan de cubrir el Camino de Santiago en la zona de La Rioja, hasta su fin en Burgos.

«Cada equipaje de media puede pesar hasta unos 15 kilogramos, cargarlo durante todo el día, con temperaturas extremas es peligroso para ellos», explica Eduardo. «Aunque este mes de julio es ‘más tranquilo’ que el pasado mayo o el próximo septiembre, son muchos los jóvenes, sobre todo estudiantes, que salen a andar el Camino en verano», comenta Bárbara, «hay que prepararse bien y mantenerse bien hidratado y confiar en que las temperaturas bajen, sólo así disfrutarán de esta experiencia de vida única».

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