La Rioja

Unas barreras redirigirán el tráfico en los accesos al Monte Cantabria

El concejal de Patrimonio, Adrián Calonge, y el edil Rubén Antoñanzas, han visitado este martes las obras de la segunda fase del proyecto de consolidación y rehabilitación arqueológica en el recinto amurallado de Monte Cantabria, que se centran en la zona oeste del yacimiento.

Esta segunda fase del proyecto, que se puso en marcha el pasado 3 de junio, se suma a la realizada en el área norte del yacimiento (zona de acceso), conocida como primera fase, que ha dado luz a diferentes vestigios históricos desde la época prerromana.

Este espacio de la zona oeste del yacimiento ha sido objeto de excavaciones arqueológicas a lo largo del siglo XX, cuyos resultados han quedado a la intemperie en muchas ocasiones dejando a la vista tres lienzos de muralla, dos cubos o torres y ocho habitaciones.

“Con esta nueva intervención queremos mejorar las condiciones de conservación de este recinto, permitir la correcta interpretación de los restos existentes y facilitar la divulgación de los valores culturales que contiene el yacimiento”, ha señalado el concejal de Patrimonio, Adrián Calonge.

“El proyecto para la segunda fase también comprende la realización de determinadas obras que impidan la utilización inadecuada del yacimiento arqueológico. Así, se reforzarán los cierres de las vías de acceso al recinto para impedir el paso de vehículos rodados y se colocarán barreras para redirigir el tráfico por un recorrido que no dañe este espacio, declarado como Bien de Interés Cultural en 2012”, ha añadido el edil Rubén Antoñanzas.

Tras los trabajos previos de limpieza y desbroce del entorno, actualmente se está llevando a cabo un estudio arqueológico para determinar el proceso constructivo de los paramentos del conjunto (revisión de la producción científica anterior, características de cada lienzo de la muralla, su trazado histórico o las modificaciones realizadas, la composición de los materiales empleados originalmente o en sus posteriores reparaciones, etc.).

Los trabajos, realizados por la empresa OCISA y con el seguimiento y supervisión de los arqueólogos Juan Manuel Tudanca y Carlos López la Calle, cuenta con un presupuesto de 191.713,55 euros (IVA incluido).

Excavación y restauración

El proyecto continuará la consolidación de las fábricas de piedra que conforman la muralla y de los muros de las estructuras excavadas; los diferentes drenajes que afectan a la conservación de todos los elementos del conjunto; la recreación de los niveles de pavimento medieval de las habituaciones del recinto y de los espacios de la zona intramuros; y la delimitación del espacio mediante un cerramiento que dificulte el acceso de vehículos rodados por la ladera oeste.

En el interior del recinto amurallado la actuación se centrará en los espacios ya excavados. En cuanto a los tratamientos de protección, los restos arqueológicos, los silos y las pavimentaciones se protegerán con una manta geotextil de alta densidad. Con el objetivo de crear un filtro que proteja los elementos arqueológicos y que facilite un drenaje natural de aguas limpias, se instalará un fieltro antirraíces para impedir la germinación de semillas de floración natural.

Respecto a los lienzos y a los cubos de la muralla, se efectuará una limpieza general y un desbroce completo utilizando técnicas de topografía especializada.

“De este modo intentaremos determinar los períodos constructivos de este entorno amurallado, así como identificar aquellas zonas que, por sus características y situación, requieran una protección especial. Con todo documentado, se efectuará la restauración de los paramentos de piedra, cada uno conforme a sus características constructivas originales”, ha apuntado el concejal Rubén Antoñanzas.

A continuación, se proseguirá reconstruyendo los lienzos desmoronados partiendo del material original.

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