La Rioja

El exgerente niega las quejas del chófer de autobús humillado por su empresa

El que fuera gerente de una empresa de transportes acusado de acoso en el trabajo y lesiones contra un conductor de autobús ha negado este lunes que éste le trasladara quejas en la única reunión que mantuvieron en persona.

Así lo ha afirmado durante la vista oral que celebra la Audiencia Provincial de Logroño, en la que el fiscal pide 9 de años de cárcel para tres responsables de una empresa de transportes y un trabajador como presuntos autores de los delitos de acoso en el trabajo y lesiones contra un empleado.

El fiscal entiende que a este empleado, supuestamente, le causaron un trastorno depresivo grave y angustia que provocaron su incapacidad laboral permanente.

En su declaración, el exgerente ha dicho que en esa única reunión que mantuvo en persona entregó a ese conductor de autobús su tarjeta de contacto personal para que le llamara por si tenía algún problema, lo que nunca hizo, ha dicho. Ha reconocido que sí era consciente de las reclamaciones laborales que el querellante, quien trabajaba como conductor de autobuses desde 1999 para la empresa Continental, que desde 2010 pasó a formar parte del Grupo Alsa, realizó a partir de ese mismo año, así como de las que hicieron otros trabajadores.

Según el fiscal, a partir de ese momento “el gerente, otro conductor, un técnico y el jefe de tráfico de este empresa comenzaron a ejecutar un plan especialmente diseñado para hostigarle y vejarle (al querellante), como dirigirle de forma constante un trato despectivo, malas contestaciones y asignarle autocares que no reunían las condiciones mínimas”.

El escrito de acusación apunta que en enero de 2011, el exgerente le abrió al demandante un expediente disciplinario por no entregar originales de los discos tacográficos, “a pesar de demostrarse, de forma posterior por la Inspección de Trabajo, que sí lo había hecho”.

En su declaración, el acusado ha indicado que  “al final aparecieron los discos tacógráficos y se dio por cerrado el expediente, estaban en la taquilla de Vitoria”, un lugar para almacenarlos que, ha precisado, no sabe si era “el sitio habitual”.

Uniformes de talla mínima

El fiscal también asegura que los superiores del querellante “solo le entregan tallas pequeñas de su uniforme con la voluntad de humillarle”, mientras que el exgerente ha indicado que él solo sabía que se le entregaban uniformes, “no si eran adecuados o no”.

El Ministerio Público también entiende que se le impidió al querellante el acceso al sistema operativo de la empresa, algo que no ocurría a sus compañeros de trabajo, y fue el único empleado a quien no se le entregó cesta de Navidad en 2012 y 2013.

“En 2013 no me consta que no tuviese acceso (al sistema de la empresa). De hecho, ponía por el sistema informático averías de los autobuses, entiendo que lo tendría”, ha apuntado el exgerente, quien ha añadido que no le consta que no recibiera cesta de Navidad.

El fiscal acusa a un compañero del conductor querellante de “estropear el aire acondicionado del autobús a base de manipular las tuberías”, por lo que fue trasladado, en julio de 2013, a un hospital tras sufrir un golpe de calor mientras conducía.

“Lo habitual es que, cuando un conductor tiene un problema en carretera, informe a su jefe directo y lo habitual es tomar medidas paliativas para no romper el servicio y, en paralelo, poner al conductor en contacto con el taller para que le indique qué hacer”, ha subrayado el exgerente durante su declaración.

Ha afirmado que, cuando tuvo constancia de este incidente, solicitó un informe, en el que se indicaba que “hay un conductor que ha girado las llaves de la calefacción y que el aire acondicionado sí que funciona”. Tras ello, al demandante “se le abrió un expediente por negligencia en el uso de la maquinaria interna del autobús”.

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