La Rioja

MAAD, un estudio de diseño donde dar una segunda oportunidad al arte

Adrián Barquín y Marina Vega, en su Estudio MAAD

La creatividad se considera una aptitud intrínseca de uno mismo, una cualidad que forma parte de la esencia que define a esa persona y que le permite traspasar horizontes, en muchas ocasiones, sin moverse de la silla. Es el arte, además, de resolver con originalidad un problema. Es saber entender una idea, diseñarla en la mente y extrapolarla sobre el papel, la madera o un tejido. Todo eso es MAAD.

Cuando Marina Vega y Adrián Barquín acabaron su grado de Diseño de Interiores en la Escuela Superior de Diseño de La Rioja (ESDIR) encadenaron varios empleos vinculados a desarrollar sus habilidades artísticas por el país, pero nunca aparcaron el sueño de montar su propio estudio, solo estaba en punto muerto. Y fue en diciembre de 2019 cuando Estudio MAAD despertó.

Surgió como un proyecto para dar rienda suelta a las ideas de un público más joven, con trabajos enfocados a la restauración de muebles y recuperación de artículos personales, pero la clientela que cruzaba la puerta del número 20 de la calle Pilar Salarrullana de Logroño superaba los 60 años de media. “Es evidente que los jóvenes no solemos tender a valorar este tipo de cosas antiguas, por eso es importante no centrarnos únicamente en un tipo de trabajo, pero sí destacar en algo en concreto para que te reconozcan desde fuera”, apunta Marina. Y son los proyectos de restauración y diseño del producto personalizados los que caracterizan a esta pareja de diseñadores.

“Hemos logrado que nuestros clientes despositen una confianza plena en nosotros y nos dejen crear con las directrices que nos dan, y eso es muy gratificante”, destaca su compañero. Basta con dar un paso en el interior de este pequeño estudio para inmediatamente perder la vista entre sillas colgantes que brillan en la oscuridad, paredes ilustradas, tapizados de cuento, maniquís de madera sosteniendo bombillas a modo de lámpara y originales muebles para mascotas como comederos, parques o camas.

“El otro día nos encargaron darle una segunda vida a un reclinatorio de iglesia con un estilo diferente, y nosotros le colocamos unas calaveras mexicanas y colores muy vivos. En otra ocasión, una madre nos pidió plasmar los dibujos de su hijo de cinco años. Quería algo divertido, pero no sabía exactamente cómo plasmarlo, así que iniciamos un proceso con el pequeño para que diera rienda suelta a la imaginación y ver qué cosas creaba. Después transformamos los dibujos y los llevamos a la tela de un sillón que iba a colocar en casa. También hemos decorado sillas con imágenes antiguas de familiares que nos demandan. Nos dejan crear y una vez ven el primer resultado, se fían bastante para próximos encargos”, asegura Adrián.

Sus creaciones han llegado hasta el barrio madrileño de Lavapiés. Es la tercera vez que se presentan al certamen CALLE 2022, donde medio centenar de intervenciones artísticas decoran estos días las fachadas y ventanas de comercios. Entre las seleccionadas está la de Adrián, ‘Deliart’, que corresponde con el nombre de la peluquería donde ha colocado una enorme sopa de letras. Hasta 26 metros de papel pintado con recortes de periódicos solo con texto sobre las que pintaron con spray y plantillas las letras del abecedario. Las votaciones se pueden realizar hasta este domingo en la web del concurso, pero la intervención permanecerá un tiempo más.

Aunque el trance de la pandemia no les permite hacer un balance del recorrido de su empresa, estos emprendedores son conscientes que “el mundo laboral del diseño es complicado”, pero nunca han tirado la toalla. “Somos un estudio diferente, buscamos crear un vínculo con el cliente que perdure en el tiempo para dejar nuestro sello artístico”. Y todo lo crean desde hace un año en un taller ubicado en el Barrio de La Estrella. Aunque entre restauración de muebles y diseño de exteriores, Adrián también tiene tiempo para colocar una hoja de papel en su máquina de escribir y crear textos con emoción. Palabras personalizadas que embotella para que lleguen a su destinatario correcto. Toca escribir un nuevo mensaje al Adrián y Marina del futuro para reflejar esos sueños que rondan sus cabezas y que se harán realidad en MAAD: pasar de la atención al público a la formación en el taller.

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