No han sido dos años sin poder probarlas, pero sí sin poder disfrutarlas como los calagurritanos y todos los que llegan hasta la ciudad esta última semana de abril estaban acostumbrados. Las Jornadas Gastronómicas de la Verdura vuelven con todos sus ingredientes a Calahorra a partir de este sábado y lo hacen con el objetivo de volver a posicionarse como referente de la gastronomía en verde.
Unas buenas alcachofas, unos espárragos templados o una coliflor con su crema de almendras son todo un deleite para los sentidos. Si además puedes disfrutarlos en la calle y en compañía de amigos y familia, se convierten en un auténtico manjar el que nadie se puede resistir.
Las jornadas nacieron allá por 1996. La idea inicial surgió de la cabeza de José Antonio Barco, entonces concejal de la CIC en el gobierno calagurritano. Poco a poco, lo que parecía algo abstracto fue cuajando y después de algunos años se convirtió en una de las semanas a las que más turistas llegaban. País Vasco, Navarra, Madrid… la cocina calagurritana comenzó a extender sus raíces y cocineros de la talla de Carme Ruscadella, Joan Roca, Sergi Arola, Mario Sandoval o el chef José Andrés no pudieron resistirse a participar en ellas. El turismo gastronómico, cuando aún ese término estaba casi en pañales, comenzó a llenar la ciudad, sus restaurantes y sus bares en busca de platos cada vez más elaborados.
En una ciudad en la que las vegas del Cidacos y del Ebro permiten que los agricultores saquen de la tierra ricos tesoros que luego tratan con mimo los cocineros, tener una semana dedicada a potenciar las verduras se ha convertido en el logro de muchas personas que durante años han arrimado el hombro para conseguirlo. Ahora, la semana es mucho más que llegar a la ciudad, probar las verduras e irse. Las Jornadas de la Verdura son un paquete de experiencias que conjugan cultura, gastronomía y ocio.
Así, un total de quince menús gastronómicos en quince restaurantes de la ciudad se pondrán encima de las mesas desde este sábado y hasta el próximo domingo 1 de mayo, y más de 75 pinchos nuevos compondrán una ruta de un total de 31 bares que brotarán en sus barras tras meses de trabajo de probar, volver a rehacer y conseguir un trabajo digno de presentar delante de los clientes.
Entre las actividades más esperadas llegará un año más el túnel del pincho. Nació justo antes de pandemia y ya en su primera edición se convirtió en una de las actividades más desenfadadas, pero más aplaudidas por parte del público. De esta manera, el miércoles y el jueves, a partir de las 19.30 horas, la calle Grande y la plaza del Raso volverán a vivir unas horas de un ambiente inmejorable con la presencia de diez establecimientos que ofrecerán sus bocados en miniatura en una de las caras más ‘canallas’ de las jornadas.
Pero no todo será llenar el estómago. No faltarán tampoco actividades interesantes en lo deportivo, en lo musical y en lo cultural, que tendrán como punto álgido una de las actividades más originales de estas jornadas gastronómicas desde hace años: la pasarela de la verdura. La edil del PP Mónica Arceiz apostó por ella hace años a pesar del riesgo que conllevaba y la diseñadora Cristina García Sigüenza, con sus chicos de la ESDIR, fueron el alma mater de una desfile que este año, por primera vez, contará con los trajes recibidos a través del concurso organizado por el consistorio y que pretende atraer a nuevos talentos de la moda a la ciudad. Lorenzo Caprile será el padrino de una pasarela original en la que las verduras lo inundan todo.
Y así, este año, durante dos días más, los productos más tradicionales de la huerta calagurritana volverán a ser los protagonistas de excepción en una ciudad que se siente orgullosa de todos y cada uno de los que forman parte de la historia de un evento que durante más de 25 años ha puesto el nombre de Calahorra en los paladares más exquisitos del país.
