Gastronomía

Calahorra y sus verduras, maridadas por la historia

La historia de las verduras está íntimamente ligada a la de la ciudad de Calahorra. Los documentos que guarda el archivo municipal son una fuente fundamental que facilita entender la importancia del producto en la ciudad a lo largo de la historia. María Antonia San Felipe, doctora en Historia y trabajadora hasta hace “cuatro días” en el archivo municipal, es una de las personas que más sabe sobre ella y nos va guiando sobre los documentos más importantes relacionados con la verdura.

El documento original más antiguo del archivo calagurritano relacionado con ellas está fechado en 1255 cuando el rey Alfonso X el Sabio concedió a Calahorra el privilegio de celebrar los miércoles un mercado en el que las verduras eran las principales protagonistas. Se sabe por los documentos que en 1361 existían dos mercados y que el de frutos y berças (el de verduras) se estableció en la Mediavilla, delante de la Catedral de Santa María.

La importancia de la agricultura en la ciudad viene de la existencia de un amplio regadío entre los ríos Ebro y Cidacos. Tradicionales han sido desde entonces los cultivos de secano (trigo, cebada, centeno y avena) pero también los de regadío donde los primeros cultivos fueron de habas alubias, arvejones o garbanzos sin olvidar las hortalizas y las frutas. Y es que el regadío en Calahorra en el siglo XVIII medía 2.809 varas castellanas.

El catastro del Marqués de la Ensenada ofrecen un riquísima información sobre la agricultura privilegiada de la ciudad. Ya entonces, de las 11.749 fanegas cultivadas, un total de 8.471 eran de regadío. La variedad de productos ya era patente en el siglo XVIII. Melocotones, peras, camuesas, melones… pero también arvejones, habas, alubias verdes, verdura de hoja, nabos, zanahorias, calabazas…

En un documento de 1772 ya queda registrado el cultivo de tomates, ‘pimentones verdes’, ‘pimentones colorados’ y ‘pimentones pequeños’ que se vendían por cientos en el mercado que ya entonces se ubicaba en la plaza de la Verdura y que se convirtieron en un producto que dio fama mundial a la ciudad.

Después llegaría el boom del mundo conservero en el que Calahorra sería pionera con Justo Aldea como primer fabricante y conservero reconocido. En un documento de 1878 pueden leerse los nombres de los 19 integrantes del Gremio de fabricantes de conservas vegetales que en 1890 estaría constituida por 64 empresas de todo el país de las que 38 se ubicaban en Calahorra.

El tomate y el pimiento eran la base principal de la producción que se exportaba a Filipinas, Cuba, Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Canadá y México. Fue el calagurritano Pedro Baroja el que tuvo que defender la calidad de las conservas españolas en el conflicto arancelario con Estados Unidos.

Con la llegada de la IGM y la neutralidad de España en el conflicto, Calahorra se convirtió en parte de la despensa de los dos bandos. Se vendía tanto a Inglaterra, que pertenecía a la Triple Entente como a países de la Triple Alianza como Alemania.

En la Guerra Civil española ya no sería así. En Calahorra, como en toda La Rioja, triunfó desde el primer momento el golpe de estado y el bando franquista ocupó la región lo que supuso que Calahorra se dedicase durante los años de la contienda a alimentar a los soldados de ese bando.

Se guardan cifras de entonces. De Calahorra salieron hacia el frente más de 22 millones de kilos de comida enlatada y más de un millón de kilos de azúcar. La comida más habitual era latas de rancho, cocido riojano o de alubias con tocino y salsa de tomate, también mermeladas y pimientos. Los productos se mandaban a los parques de Intendencia de Zaragoza, Burgos o Valladolid como se acredita en el expediente de suministros militares del archivo municipal.

Desde antes de que los romanos llegasen a Roma y durante todas las épocas sin excepción, la historia de Calahorra ha estado íntimamente ligada a la historia de la verdura que han cultivado de generación en generación los agricultores calagurritanos con un tiento y un mimo que les hacen ser uno de los productos más valorados de esta tierra.

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