El astro

Las lluvias palian tímidamente el inicio de año más seco del siglo

Los chubascos palian tímidamente el inicio de año más seco del siglo

“Tiene que llover, tiene que llover, tiene que llover; tiene que llover a cántaros”, cantaba Pablo Guerrero allá por 1972. En realidad lo hacía reclamando que los simbólicos chaparrones sanearan toda la porquería acumulada en España durante cuatro décadas de dictadura, pero su canto es perfectamente aplicable en el arranque de año más seco en La Rioja en lo que va de siglo.

Vaya al supermercado y compre una botella de agua. Eso es todo lo que llovió durante febrero en La Rioja, o al menos en la estación de Agoncillo, la que toma la Aemet como referencia en su serie histórica. 1,6 litros en 28 días que rebaja en 20 centilitros el menor registro desde que en La Rioja se archivan datos meteorológicos: los 1,8 litros de febrero de 2000. Si a ello le sumamos que la lluvia apenas hizo acto de presencia en enero (el más áspero desde 1993, con 10 litros en Agoncillo), todas las alarmas están justificadas para un sector agrícola castigado por otras ‘tormentas’, como el alza en los precios de las materias primas.

Nunca llueve a gusto de todos, pero los chaparrones que han comenzado a remojar algo el suelo en este tramo final de semana ayudan a capear algo el temporal. El mayor volumen de precipitaciones de este jueves (25 litros, fundamentalmente nieve) lo recogió la estación de Valdezcaray, a la que siguen la de Anguiano (con 21,2 litros), Haro (17), Nájera (13,8) y Cenicero (11,8). No es gran cosa pero, vistos los precedentes más inmediatos, sabe a diluvio.

Aunque con menor intensidad que el día previo, las lluvias seguirán cayendo en diferentes puntos de la comunidad a lo largo de este viernes y a partir del sábado las precipitaciones serán esporádicas en el conjunto de la región. No parece que vaya a llover a cántaros pero, al menos, la alerta amarilla por nieve también arrima el hombro en la recuperación de las reservas hídricas riojanas.

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