(En respuesta a la carta al director de Íñigo Arambari)
Efectivamente, esos contenedores de calle Valvanera se deberían haber retirado hace mucho. Y también los de Bretòn de los Herreros. Qué es eso de que las calles aledañas a Laurel tengan que sufrir las consecuencias de una errática política de recogida de basuras en una zona que debería tener un tratamiento especial.
Los desperdicios y los vidrios de los bares tienen que quedarse dentro del bar y a la mañana siguiente un camión pequeño debería pasar por esa zona a recogerlos, como ocurre en muchas ciudades . Y los dueños de los bares tienen que tener a alguien encargado de ir al bar a esa hora para sacar la basura al vehículo , igual que van para atender a los camiones de reparto de bebidas.
No entiendo como a este camarero le parece admisible que los vecinos de las calles aledañas a su negocio, por ejemplo Bretón, tengan que soportar la basura del resto y el ruido del vidrio cuando ellos acaban de trabajar, a altas horas, para no tener que ir por la mañana a sacarlo. Bretón no es un bar, Bretón es una calle donde vive y duerme gente. O por lo menos lo ha sido siempre a pesar del mal trato que recibe. Ver para creer.
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