La Rioja

“Efecto cicatriz”: un primer empleo precario ‘condena’ el futuro laboral

El trabajo precario no solo tiene un efecto negativo por sus condiciones sino por el “efecto cicatriz”, que puede dejar en los jóvenes que acceden al mercado laboral de esta forma y que comprueban cómo aceptar ciertas cuestiones les perjudica luego en su intento de mejorar en el empleo.

Así lo ha explicado a EFE Sergio Torrejón, investigador del Joing Research Center de la Comisión Europea, que participa en Logroño en la sesión de trabajo ‘Pacto Intergeneracional Europeo’, que se celebran en el marco de la Conferencia sobre el Futuro de Europa y que ha abordado la situación de los jóvenes en torno al empleo, la vivienda o su participación en las instituciones, entre otras cuestiones.

Torrejón ha centrado su trabajo de investigación en el mercado de trabajo que “en España es paradigmático porque siempre aparece atrás en muchos indicadores, desempleo” con lo que “lideramos muchas cosas, por lo malo, en especial para los jóvenes”.

Una de las cuestiones específicas que afectan a los jóvenes es la idea de “aceptar” un empleo precario con la idea de mejorar después, aunque, ha explicado el investigador, eso no es fácil en muchas ocasiones y esa precariedad se mantiene en el tiempo y tiene efectos negativos en toda la carrera profesional de esas personas.

Ellos son, ha detallado, quienes marcan que España cuenta con un mercado laboral “dual” en el que “la gente mayor tiene más protección, en general, y mejores condiciones, mientras que los jóvenes están en su mayoría en empleos precarios y en una situación deficiente”.

Las “paradojas” españolas

Ahí llega “la primera paradoja” del mercado laboral español, relacionada con la educación “porque cada vez los jóvenes están más formados, cada generación está más preparada, pero sus empleos son peores que los de sus padres”, lo que muestra que “la educación no es la panacea que a veces se dice”.

De hecho, una de las características del mercado español para los jóvenes es la “sobrecualificación” que tienen muchos “que no consiguen poner en práctica aquello para lo que están preparados”. A este problema se une el de la “temporalidad” y el de los salarios bajos, motivados porque “el elevado nivel de desempleo hace que los empleadores tengan una oferta excesiva de personas para cubrir los puestos que necesitan cubrir”.

Ante esa situación, Torrejón, cuyos trabajos son remitidos a la Comisión Europea, propone “recuperar la casualidad de los trabajos temporales”, es decir, “tener mayor vigilancia para que los trabajos temporales estén motivados por una causa temporal”. Cree que “atajar esta situación y el paro estructural en España es complicado, pero no imposible” y “al menos hay que hacer algunas cosas para avanzar” y “el Gobierno tiene que ser parte activa en esas situaciones”.

Más empleo público

Por ejemplo, propone incrementar el empleo público en el cuidado de mayores o niños, con buenas condiciones laborales ,”porque si hay empleo de calidad en ese sector, en el que puede haber mucha demanda, eso hace que los empresarios privados no puedan tirar a la baja” al ofrecer condiciones de trabajo.

Además, ante el elevado desempleo, “el Ingreso Mínimo Vital, con sus deficiencias, que las tiene, debe ser algo más efectivo, porque ahora no llega a todo el mundo que es perceptor potencial” y “así habría menos personas con necesidades económicas imperiosas” y “al final eso tira de los salarios al alza”.

Torrejón no lanza estas propuestas “porque sí”, ya que “son cosas que han funcionado en otros países” y que pueden implementarse en España, “donde las carencias de los jóvenes son las mismas que en otros países de Europa pero están magnificadas”.

“Los jóvenes son siempre la parte débil”, ha lamentado, y por eso en ocasiones aceptan la precariedad “porque se les dice que empezar así no es tan grave, que todos hemos empezado como hemos podido, que se comienza mal y ese es el puente para un empleo mejor”.

Sin embargo, insiste, “se ha demostrado por diferentes investigaciones que empezar en precario tiene consecuencias a largo plazo”, que “hay más posibilidades de que te vaya peor en el futuro” y que “haya cuestiones de ese empleo precario que se arrastren a largo plazo, que se consoliden”. Por eso, “no podemos contentarnos con decir esas cosas de un empleo precario para los jóvenes, porque puede dejar una cicatriz en ellos”.

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