Crisis del Coronavirus

Del miedo a la esperanza: la pandemia, un ejemplo de vida en las residencias riojanas

Ana Rodrigo

La normalidad se va abriendo paso poco a poco en las residencias de mayores, con cada vez menos limitaciones en las visitas y más actividades recuperadas. Eso sí, todavía con “mucho gel y pocos abrazos” mientras se completa la tercera dosis en los centros.

“Hemos dejado atrás la quinta ola, tenemos la tercera dosis, hay algunos abrazos, visitas que en algunas comunidades ya no tienen que ser concertadas, se va permitiendo el acceso a habitaciones, pero seguimos pidiendo prudencia porque hay familias que quieren estar a todas horas. Hay una cierta normalidad, pero sin olvidar que el COVID sigue ahí”, explica a Efe Cinta Pascual, presidenta de una de las patronales de residencias.

La responsable del Círculo Empresarial de Atención a Personas (Ceaps) reclama que sea obligatorio el pasaporte COVID para trabajadores y visitas, y mientras tanto en sus centros siguen haciendo cribados semanales a los profesionales, que ya solo exigen algunas comunidades, como Cataluña.

Cada comunidad autónoma actualiza sus protocolos y normas para sus centros de mayores en función de la evolución de la pandemia. Por ejemplo, Madrid ha levantado esta semana las limitaciones en las visitas, permitiendo el contacto físico -con uso de gel y mascarilla- y los “abrazos breves” entre personas vacunadas, pero sin contacto cara a cara.

En la mayoría de los centros se siguen manteniendo grupos burbuja para comer o hacer actividades, prioritariamente en espacios al aire libre o muy ventilados, al igual que las visitas. Algunos mayores ya pueden disfrutar de salidas con sus familias fuera del centro, “pero las comidas en jardines con familias o las chocolatadas difícilmente volverán mientras siga el COVID porque implica quitarse la mascarilla”, indica Pascual.

Mayores esperanzados pero más dependientes

Según la directora de la Residencia Santa Justa de Logroño, Susana Ruiz, los mayores viven esta nueva etapa “no con miedo, sino con esperanza. Durante toda la pandemia nos han dado una ejemplo de vida. Con el aislamiento han tenido que soportar situaciones muy complicadas que muchos las han llevado con cierto humor; hay gente que supera los 100 años y que vivieron la peste negra, son los verdaderos héroes de la pandemia”, opina la responsable de este centro perteneciente al sector solidario.

“Con ilusión y sin nervios, pero con cierta inquietud” asegura el director de operaciones del Grupo Casaverde de Residencias de Mayores, Adrián de Paz. “Lo que han vivido ha sido tremendamente duro. Te dicen ‘a las habitaciones otra vez no, por favor’, pero son los más disciplinados. Son unos valientes, asumen lo que venga; todos hemos aprendido mucho de ellos”.

Los profesionales coinciden en que el coronavirus también ha acelerado los procesos de deterioro cognitivo y limitado su movilidad. En las residencias cada vez ingresan personas más mayores y con mayor dependencia. “Las personas que están viniendo a las residencias son más dependientes, los que han estado en casa han estado más encerrados y lo estamos notando que hay dos puntos más de dependencia”, apunta la presidenta de Ceaps.

El nuevo modelo del sistema de cuidados que preparan el Gobierno y las comunidades prioriza la atención domiciliaria de los mayores para que puedan seguir en sus casas el mayor tiempo posible, y cuando no se pueda, que los centros parezcan hogares.

“El perfil de la persona que vive en residencias es el de un mayor de 85 años y con cinco diagnósticos clínicos; hace 15 años las personas entraban con menor edad, ahora aguantan más en casa y vienen cuando ya no pueden estar”, confirma a Efe, Jesús Cubero, presidente de la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (Aeste).

El responsable de esta patronal plantea “hablar de un itinerario de cuidados que sitúe en el centro del sistema al mayor y se vaya a adaptando a su necesidades, que irán cambiando. Debe ser el servicio el que se adapte a la persona y el mayor el que marque las necesidades”, añade Cubero, quien reclama que los mayores puedan elegir el centro donde quieran vivir. Propone un cambio de enfoque: “No montar un centro y ver qué mayores van, sino abrir residencias en función de las personas que la vayan a ocupar” y dotarlas de unidades especializadas para atender a los residentes.

En ese nuevo modelo de cuidados, para la directora de la Residencia Santa Justa, de Lares, el tamaño de las residencias no es un condicionante para la cercanía de los cuidados.
Argumenta que aunque los centros tengan más de un centenar de residentes, como el que dirige, no implica un cuidado despersonalizado y apuesta por unidades de convivencia pequeñas dentro de los centros.

Tercera dosis a ritmo desigual

El ritmo de la vacunación de la tercera dosis va avanzando, algunas ya la han completado como Murcia y Galicia, y en ella están participando en algunas comunidades profesionales sanitarios de las residencias.

Las comunidades han inoculado desde principios de septiembre 265.541 terceras dosis a los mayores en residencias y a personas inmunodeprimidas, según los últimos datos de Sanidad.

Las muertes en residencias siguen a la baja hasta niveles del mes de julio: 57 fallecidos en la última semana de la que se disponen datos, del 20 al 26 septiembre.
Desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020, han fallecido con covid-19 o síntomas compatibles 30.701 mayores en residencias

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