“Decían que la pandemia nos iba a llevar a ser más respetuosos y a unir como sociedad. Lo siento pero aún nos queda demasiado para eso, y de seguir así, dudo que llegue el día. Nos falta disciplina y convivencia; cada uno mira por lo suyo y el que venga detrás, que tire”. Este es el sentir de un vecino de la zona de Valdegastea que, en los últimos meses, se enfrenta a un panorama desolador cada vez que sale a pasear.
Los botellones no solo se concentran los últimos días en el Parque del Ebro, sino que están proliferando en otros puntos de la ciudad. El Parque de los Enamorados de Logroño se ha convertido también en punto de encuentro de muchos jóvenes que se reúnen para “beber y comer. Y a consecuencia de esto, la zona está llena de cartones de vino, botellas rotas, plásticos, y basura de todo tipo”.
Este amable lector ha explicado al Sereno de NueveCuatroUno que, además, “tenemos que contar con el abandono y falta de mantenimiento que sufre el parque, sobre todo en la plaza central, llena de hierbajos por donde no se puede ni pasear con niños ni perros por miedo a que se corten”.
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