Regresaron los toros a ‘La Ribera’. Y lo hicieron puntuales a la cita de las seis. Pero no fue hasta eso de las siete menos veinticinco cuando rompió la tarde por completo. Y la rompió Sergio Domínguez a lomos de ‘Pantera’. Máxima fue la reunión con la que clavó la primera banderilla y espectacular cómo ‘Pantera’ hacía por morder la testuz del toro del ‘Capea’. Y cuidado, porque para que un caballo se lance a la testuz del toro, este ha de torear ofreciendo los pechos, que es lo realmente difícil y valioso.
Aquello debió de espolear a Guillermo Hermoso de Mendoza y, cual efecto dominó, al patriarca estellés. Tanto que a porta gayola se fue Pablo Hermoso de Mendoza a recibir al que hizo cuarto, y eso que los tres primeros toros de Pedro Gutiérrez y Carmen Lorenzo habían saltado con muchos pies al albero logroñés. Pocas opciones de triunfo ofrecieron los lidiados en primer y segundo lugar, que embistieron a arreones cuando lo hicieron. Mucho ritmo y siempre constante este tuvo el tercero, que terminó por ser el mejor del buen encierro para el toro a caballo que se lidió hoy en ‘La Ribera’. Colaboraron los lidiados en la segunda mitad del festejo, destacando por encima la clase del sexto.
Lo de ‘Pantera’ restregando su hocico por la testuz del toro puso la plaza en pie. Antes, había llevado muy templada la correosa salida del toro del ‘Capea’ a lomos de ‘Natural’. Pena que Sergio Domínguez se encasquillara con el descabello, porque hasta había enterrado con decoro el rejón de muerte y el primer trofeo de la tarde y de la feria estaba en su mano.
Templó con ritmo las embestidas del quinto y otra vez con ‘Pantera’ volvió a ofrecer el pecho y a clavar en la grupa. Más meritoria si cabe es la actuación del calagurritano teniendo en cuenta tanto tiempo en dique seco. Lo malo, que no triunfar hoy en Logroño le devuelve a esa tierra de nadie donde casi nunca suena el teléfono que aparece en la tarjeta de visita.
Lo mejor de la tarde y de unos cuantos festejos de rejones celebrados años ha lo hizo Guillermo Hermoso de Mendoza. Sus dos faenas fueron rotundas, medidas, elegantes y valientes. Quebró en las cercanías, templó, clavó en la grupa, lució a sus toros a los que entendió a la perfección y a los que también cortó el viaje por los adentros en varias ocasiones.
La diferencia entre una faena y otra, el acierto con el rejón de muerte. Acertó en su primero, con un rejonazo de efecto fulminante y pinchó a su otro oponente. Las banderillas a dos manos levantaron al público de los asientos, en el tercero y en el sexto.
Poco pudo decir Pablo Hermoso de Mendoza con el toro encargado de abrir feria, tan falto de transmisión como sosote y sin apenas empuje tras recibir el primer rejón de castigo.
Espoleado por Guillermo, Hermoso padre hizo gala de su técnica y de su magistral cuadra en el cuarto. Una vuelta entera al ruedo de ‘La Ribera’ sosteniendo el tranco del del Capea a lomos de ‘Berlín’. Las ‘hermosinas’ vinieron a parecer una serie de naturales y consiguieron los olés más rotundos de la tarde. El que tuvo retuvo y a un padre no se le manda callar pareció venir a decir. Llegó luego el turno de los quiebros, pero pinchó. Saludó una sincera y merecida ovación.
En definitiva, el regreso de los toros a Logroño resultó entretenido y también emocionante para el numeroso público, en su mayoría joven, que se dio cita en ‘La Ribera’.
FICHA
Plaza de toros de La Ribera, en Logroño (La Rioja). Primera corrida de la Feria de San Mateo. Más de media entrada, de acuerdo con las limitaciones de aforo. Toros de El Capea (1º, 2º y 3º) y Carmen Lorenzo (4º, 5º, y 6º), bien presentados. Nobles y correosos en conjunto. Más deslucidos los dos primeros. El mejor fue el tercero.
- PABLO HERMOSO DE MENDOZA, ovación tras aviso y ovación.
- SERGIO DOMÍNGUEZ, ovación y ovación tras aviso.
- GUILLERMO HERMOSO DE MENDOZA, dos orejas y oreja.
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