Roberto, Nicoleta y todo su equipo han vuelto esta tarde a La Planilla. Los dos bares del campo municipal de Calahorra han abierto sus verjas después de año y medio y lo han hecho entre la ilusión, las prisas por la decisión aprobada a lo largo de la semana y las medidas. Ellos, agradecidos por volver a trabajar cada quince días, y el público, también.
“¿Ah, pero es que ya se puede beber?”, se preguntaban los más despistados nada más entrar al campo. Pues sí, los bares han vuelto a abrir en los estadios, algo que, al menos este viernes, se agradecía en una tarde nublada pero muy calurosa en la capital riojabajeña.
“Lo hemos tenido que hacer todo a toda prisa porque nos avisaron después de la reunión con Deportes y Salud de que finalmente podíamos abrir”, comentaba Roberto, feliz por volver al campo de fútbol. El aforo limitado y la precaución de algunos por quitarse aún la mascarilla juegan en su contra, pero “al menos podemos trabajar”. “Eso sí, la gente viene más escalonada, muchos no esperan al descanso para no juntarse con mucha gente”.
¿Y sus clientes? “Pues encantados de la vida, la gente tenía ganas de volver a poder tomarse algo en el campo. Mucha cerveza sin alcohol, alguna que otra Coca Cola y algún botellín de agua. Lo que todavía no se puede es vender nada para comer: ni pipas, ni regalices, ni bocatas. Para eso aún habrá que esperar”.
