La Rioja

La resaca del granizo en Quel deja “menos daño de lo esperado” en la viña

La resaca del granizo en Quel deja “menos daño de lo esperado” en la viña

El cielo se encapotó y, de repente, Quel se convirtió en el cobijo de la lluvia, el viento y también del granizo. Caminos agrícolas anegados, calles cubiertas de montañas de granizo, carreteras convertidas en auténticos ríos donde la corriente se llevaba todo por delante. La de la tarde de este jueves fue una tormenta que muchos recordarán en la localidad queleña (“hacía décadas que no se veía granizar así”) y que ha dejado los pluviómetros rondando los 100 litros de agua entre las jornadas del miércoles y el jueves.

La mayor intensidad se registró en el casco urbano del municipio, sorprendiendo a los vecinos que tras el chaparrón salieron a la calle con palas y escobas a achicar agua y recoger la piedra. Pero los campos aledaños también sufrieron las consecuencias de las lluvias, aunque “menos de los esperado a primera vista”. De vuelta a la normalidad, toca hacer balance en las huertas y fincas con los frutos a punto de ser recogidos.

“Viendo los vídeos que me llegaban vía redes sociales de cómo estaban las calles del pueblo pensaba que las viñas iban a correr la misma suerte, pero afortunadamente no ha sido así”. Javier Arizcuren ha sido uno de los viticultores damnificados por la DANA a su paso por Quel, donde tiene los viñedos con los que elabora sus joyas vinícolas. En un recorrido rápido por el campo, el bodeguero asegura que la piedra sí ha golpeado, aunque levemente, las viñas ubicadas entre el municipio y casi la sierra de Yerga.

“Ahí tengo una viña de garnacha en la que sí hay daño, pero ha sido muy ligero, apenas llegará al cinco por ciento. Pudo ser peor al ver la fuerza con la que descargó en el pueblo porque si llega a golpear con más intensidad puede que hoy estaríamos vendimiando”, señala.

Pero ahora su preocupación, compartida por otros muchos viticultores de la zona, se fija en los días venideros más que en los golpes de la piedra: “Si con la humedad que hay en la viña vienen días de altas temperaturas esto puede ser una bomba de relojería”. Y es que la vid ya cuenta con la cantidad de azúcares suficiente en sus bayas, por lo que un escenario meteorológico de calor podrá desembocar en focos de botrytis a escasas semanas de comenzar la vendimia.

Los rezos al astro pasan porque venga jornadas donde sople el cierzo y los termómetros no suban mucho su mercurio para así secar las vides, ya que es un momento de gran sensibilidad para el cultivo y esta combinación es muy peligrosa a la vez que favorable para la proliferación de los hongos.

Arizcuren ha pasado la jornada de hoy abriendo canales en los viñedos más encharcados por las lluvias para quitar ese exceso de humedad en las fincas y poder entrar cuanto antes. En su caso, el contar con una cubierta vegetal asegura que le ha beneficiado, ya que los suelos están menos movidos y no tan laboreados. “Mañana mismo voy a tratar con un producto natural secante para evitar correr riesgos, pero todo apunta a que sí va a hacer calor, por lo que habrá que estar atentos”.

La almendra, por los suelos

Ciruelas y cerezas estaban ya al resguardo de posibles temporales cuando llegó la tormenta de este jueves, pero no así la almendra. Con la recolección de las variedades más tempranas a pleno rendimiento, han sido varias las fincas cuyos árboles han perdido parte de su producción, dejando un mar de almendrucos en el suelo.

“Lo único que queda por hacer es dejarlas ahí o recogerlas a mano. Pero afortunadamente ha habido muy poco daño en el almendro. Esto no es como la viña. En el momento de la granizada pensábamos que esto nos iba a dejar a dos velas, pero hoy ya hemos visto que no ha sido para tanto. Lo peor se lo ha llevado el casco urbano”, indica el agricultor Pedro Martínez.

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