Con el ecuador del mes de agosto llega el momento de empezar a pensar en las primeras vendimias. Las variedades más tempranas están a punto y los viticultores, especialmente los de la zona oriental, empiezan a descontar los días para que comiencen los días más importantes del año. Los enólogos van haciendo las primeras analíticas y todo va centrándose en los preparativos.
Abel Torres, gerente de la bodega cooperativa ‘Viñedos de Aldeanueva’ ya está con la mirada puesta entre el calendario y el astro. “Estamos haciendo las analíticas porque nos encontramos ya en la fase final de la maduración de los tempranillos blancos, pero seguimos teniendo dudas por el calor de estos días”. La maduración de la uva es perfecta cuando existe diferencia térmica entre el día y la noche.
“Hasta ahora el ritmo ha sido muy bueno, la uva ha ido madurando lentamente y las previsiones son de que podemos ir con unos días de retraso con respecto al año pasado”, explica. En 2020 comenzaron con la vendimia de lo más temprano el día 17 de agosto, este año podría rondar entre el 19 o el 20 y ya más adelante que fuera consolidándose por todas las variedades blancas de la zona. “Si podemos aguantar hasta el 23 sería una buena señal, volveremos a tomar muestras la próxima semana y entonces será cuando decidamos cuál es la fecha más óptima”, añade.
Las previsiones son muy buenas. “El ciclo ha sido más suave porque ha hecho menos calor, aunque todo va a depender de que el calor de estos días no se alargue demasiado”, comenta. “Esto es como en cocina, si la uva soporta demasiado calor madura antes, pero si la temperatura es la adecuada va haciéndose a fuego lento, como un buen puchero”, compara deliciosamente.
Lo ideal es que la maduración alcohólica y fenólica vayan al mismo ritmo. “Que la piel madure al ritmo adecuado”, sentencia. “Lo que es importante es que después de la ola de calor no vengan tormentas, eso sí sería un problema”, explica. Por eso miran estos días al cielo, cada nubarrón que se acerca tras estos calores les hace temblar pensando en lo peor.
Mientras, todo está preparado para poder comenzar. “Nuestra intención es tener los mismos protocolos que el año pasado, que nadie se relaje para que no tengamos problemas con el COVID”, explica. Ya en la campaña anterior la cooperativa fue todo un ejemplo en la prevención de la pandemia: camisetas de diferentes colores para diferenciar los grupos burbuja, mascarillas, gel hidroalcohólico, distancias… Todo está ya preparado y explicado a sus socios. “Hay que seguir haciéndolo bien porque nos jugamos mucho estas próximas semanas”, asegura. Además “ya estamos empezando a captar a gente para la contratación de septiembre”.
También son optimistas en el tema comercial. “El verano ha ido a bandazos dependiendo de las restricciones en el interior que había en unos u otros lugares, pero parece que la cosa está empezando a moverse un poco más y estamos empezando a remontar en la parte comercial. Ahora las islas están solicitando mucho vino”, cuenta.
A pocos días para que la vendimia de las zonas y las variedades más adelantadas comience, La Rioja se va preparando ya para uno de los momentos más especiales del año, ese en el que se recoge el trabajo sacrificado y silencioso de todo el año.
