Un tormo de cal carmesí esbozaba el hierro de José Vázquez en los medios de coqueta plaza de ‘El Bibio’. Media plaza vislumbraba un 9; la otra media, un 6. Debió de olvidar quien vertiera el yeso colorado dibujar ese punto que fija la orientación de la cifra.
Otro punto, de empuje, codicia, fijeza y hasta bravura este, les faltó a los toros de José Vázquez. O un puntazo en los corridos como primero, segundo y cuarto, que hubiera servido para marcar el correcto rumbo de una tarde de toros. Al segundo sobrero, lidiado en sexto lugar, le sobró un puntito de brusquedad y también de maldad. Casi que ni el hierro queda ya de lo de ‘Aleas’.
Desmonterado, por aquello de debutar en Gijón, hizo Urdiales el paseíllo, mientras en chiqueros esperaba un encierro desigual de presentación. De escasa lámina, por terciados y gachos, fueron segundo y tercero; sin estridencias el primero y quinto; hondo y cuajado el cuarto; y más ofensivo, alto y largo el sexto.
Corretón de salida fue ‘Magosto’, encargado de abrir plaza. Una vez sujetado en el capote de Urdiales, el de José Vázquez se durmió en un lance por el pitón derecho. La despaciosa verónica levantó las cartas del toro. O todo por el derecho o nada.
El exquisito temple del toro chocaba con la falta de fijeza y la condición huidiza de este. Las adormecidas embestidas en los vuelos de la muleta parecían restar valor a la labor del riojano. Hasta que llegó el atropello y con él, de la mano, el mérito. ¡Qué despacito estaba toreando Urdiales! Tiró de él hasta detrás de la cadera. Pulseada la embestida, fabuloso el trazo. ¡Qué paz daba ver aquello!
Muy cerca de la barriga del riojano terminaban los pitones cuando el de Arnedo citó por el izquierdo. Trincherillas y ayudados como recurso y vuelta al lado bueno. Insistió Urdiales entonces con ir a los medios y el toro con tirar para tablas. Parecieron reñir. Un gran estoconazo terminó con la discusión.
Volvió a brillar la cuadrilla de Urdiales en el cuarto. Burgos se sujetó a la perfección a caballo. ‘Pirri’ y Tirado parearon con facilidad y ‘El Víctor’ acompasó en la brega la rebrincada embestida del toro. Brindó Urdiales al público y deleitó en un inicio de faena rebosante de torería y sabor rodilla en tierra. La trincherilla, una joya.
Que no se terminara de alejar de los vuelos de la muleta la sosa embestida por el pitón derecho sirvió para que Urdiales ofreciera una lección de toreo al natural. Primero a media altura. Fue salpicando los mandones después y obró el milagro más tarde. Porque ‘Decisivo’ era de corto recorrido y, pese a ello, Urdiales dibujó muletazos de increíble belleza. ¡Y los ligó!
Un paso perdido por instinto. Casi inapreciable. Humillado el toro, recién superado el zénit del natural y con la franela aún arrastrada. Era entonces cuando el riojano giraba sobre sí y seguía tirando del toro para dar consistencia a tanta belleza. Ni un hilván, ni un pespunte. Cosido todo. De verdad y de torería. También de empaque. La reunión fue máxima, como la rendición de Gijón ante el riojano. Magníficos los de pecho. Tres fueron las tandas de tanta belleza. ¡Vaya con el debutante!
Antes de cerrar la obra con trincherillas y ayudados, dos de cada, hubo un derechazo gozoso. Pero pinchó y se atascó con el descabello para emborronar lo más valioso de la tarde. Una pena.
Huidizo y mansito fue el segundo, al que Manzanares se empeñó en torear en línea recta. Los ‘hehehe’ y los ‘hahaha’ reverberaban para tratar de sujetar aquello sin mucho éxito.
Ya en el tercio, consiguió el alicantino alargar las embestidas y sujetarlas algo más. Ese esfuerzo y el volapié contrario en la suerte de recibir arrancaron su primer trofeo. Otra oreja pasearía del primer sobrero que sirvió para premiar la voluntad del alicantino y su acierto a espadas.
De todo hizo Roca Rey frente al manso tercero. Desde el quite por ‘caleserinas’ hasta las ‘luquecinas’ finales, lo más valioso fue el inicio de faena por estatuarios, que no deja de ser el toreo más fundamental de entre todo ese amasijo de pases accesorios. Hubo una ‘espaldina’ y también ‘bernardinas’. Bien pudiera ser el peruano la imagen publicitaria de Fino ‘La Ina’.
Importante estuvo en el sexto, ante el toro de más presencia y mayores dificultades de la tarde. Se impuso con mucha autoridad en un trasteo muy valeroso y bien cimentado.
Plaza de toros de El Bibio, en Gijón (Asturias). Segunda corrida de la Feria de la Begoña. Lleno, rozando el aforo permitido, de acuerdo a las limitaciones de sanidad. Toros de José Vázquez, 5º y 6º, como sobreros, corrida muy desigual de presencia, y falta de empuje, codicia y bravura en líneas generales.
• DIEGO URDIALES, oreja y ovación tras aviso.
• JOSÉ MARÍA MANZANARES, oreja y oreja.
• ROCA REY, ovación tras dos avisos y oreja.
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