La Asociación de Informadores Gráficos (AiG) de La Rioja ha presentado este viernes su XXVIII Anuario correspondiente al año 2020, que recoge un total de 204 imágenes de 14 profesionales que han puesto su foco en la crueldad de la pandemia de la covid-19, y cómo ha afectado a la población riojana.
La directora general de Cultura del Gobierno riojano, Ana Zabalegui; y el presidente de la AiG, Fernando Díaz, han explicado, en una rueda informativa que recoge EFE, que se han impreso 350 ejemplares de este Anuario en papel, cuyas fotografías se expondrán la próxima semana en el Museo de La Rioja.
Díaz ha subrayado que este Anuario es “el más duro, expresivo y complicado que se ha publicado hasta ahora”, ya que “tiene una sensibilidad especial” y ha sido “muy complicado seleccionar las mejores imágenes y las más impactantes”.
La portada recoge una imagen de la fotoperiodista Ingrid Fernández, que ganó el premio de fotografía Parlamento de La Rioja con una instantánea, en la que se aprecia a dos hombres vestidos con buzos anti-covid mientras cubren una camilla en un edificio de Servicios Funerarios.
FOTO: Ingrid (Noticias de La Rioja)
El editor gráfico Chema Conesa ha elegido las 204 imágenes más impactantes y significativas que conforman la edición impresa, en las que ha primado la calidad expresiva de las fotografías frente a la importancia del acontecimiento informativo y la técnica.
Díaz ha subrayado que el trabajo de los fotoperiodistas ha sido un “servicio básico”, que han realizado los profesionales “en primera línea de batalla”, por lo que ha ensalzado su trabajo y ha pedido a la sociedad que apoye todo tipo de iniciativas relacionadas con la fotografía, y poder conseguir así un Centro Nacional de Fotografía.
Ha afirmado que España es uno de los cuatro países de Europa que no tienen un Centro Nacional de Fotografía, aunque “aquí se toman unas de las mejores imágenes por parte de los profesionales fotoperiodistas”.
También ha indicado que la edición de este Anuario “acrecienta el valor de la fotografía periodística como patrimonio, artístico e informativo accesible a la consulta de todos los riojanos”. Zabalegui ha destacado que esta edición es “el testimonio de un año diferente y, seguramente, el más complicado”, por lo que “merece la pena conservar un documento tan importante que abruma y no deja a nadie indiferente”.
Además, ha alabado el valor de los fotoperiodistas porque “han tenido que responder a cuestiones éticas sin manual y han sabido transmitir emociones sin herir las sensibilidades de las personas”, ya que “la profesionalidad de los fotógrafos riojanos es incuestionable”.
En este sentido, Díaz ha asegurado que este Anuario es especial porque “ha sido muy complicado trabajar, con pocos medios y muchas limitaciones y las personas no acceden de forma tan fácil a que les fotografíes”.
