Fue el pasado 18 de abril cuando un avión medicalizado llegaba al aeropuerto de Zaragoza con el jefe del Frente Polisario, Brahim Ghali. Desde allí fue trasladado de urgencia en una ambulancia a 173 kilómetros. Concretamente, al Hospital San Pedro de Logroño. Ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para ser tratado de COVID-19 bajo una identidad falsa. Nadie en el Gobierno de La Rioja ni la Consejería de Salud ha explicado aún la razón de por qué se eligió el centro sanitario de la capital riojana.
Cuatro días después, el 22 de abril, la revista ‘Jeune Afriquep‘ hacía pública la noticia que confirmaba la identidad del ‘misterioso enfermo’ que ingresó grave días atrás en la capital riojana. La situación crea entonces un gran revuelo a nivel nacional e internacional. Crisis diplomática a la vista.
Al día siguiente, el 23 de abril, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, confirmó la presencia de Ghali en España aunque no aseguró en ningún momento la ubicación exacta del mismo. Lo que sí confirmó fue que las razones por las que el líder del Frente Polisario se encontraba en el país eran “estrictamente humanitarias” y descartaba que este acto pudiera tensar la relación con el país vecino.
Sin embargo, el conflicto diplomático estaba servido. El 25 de abril, Marruecos lanzó un comunicado en el que manifestó su “decepción” por un acto “contrario al espíritu de colaboración y buena vecindad” que mantienen ambos países. Por ello acusaban a España de “tener una actitud desleal”.
Cabe recordar que el reino alauí, en conflicto permanente de los años 70 del siglo pasado con el Frente Polisario, reclama la pertenencia del Sahara Occidental, territorio actualmente ocupado en su mayor parte por el país donde reina Mohamed VI. La denuncia marroquí se centra en que España ha acogido a escondidas en un hospital a una persona investigada por graves vulneraciones de los derechos humanos y crímenes de guerra.
No es que Marruecos no colabore con España, es que la policía marroquí abre la puerta a decenas de jóvenes. Las autoridades alauitas presionan a la UE por el caso del líder polisario ingresado en Logroño. Bruselas insta a Rabat a frenar esto de inmediato. https://t.co/BYqsyTxtjw
— Iñaki López (@_InakiLopez_) May 18, 2021
Desde entonces y hasta este lunes 17 de mayo, la polémica ha ido subiendo de nivel. Alrededor de 6.000 inmigrantes han entrado en Ceuta de forma irregular con la connivencia marroquí. La entrada de estas miles de personas, que han llegado a la ciudad a nado e incluso a pie durante las 24 horas del día, se debe a la pasividad de las autoridades del país vecino por vigilar las fronteras debido a la ya citada crisis diplomática que arrancó en Logroño.
Este martes, 18 de mayo, el Ejército de Tierra de España se ha desplegado por la playa y las calles de Ceuta para ayudar en las labores de control a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Mientras tanto, en la capital riojana, el jefe del Frente Polisario continúa ingresado en el Hospital San Pedro. Según ha informado Radio Rioja (Cadena SER), Brahim Ghali ya se encuentra en planta, su estado es estable y su evolución, favorable.
El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha citado a declarar el próximo 1 de junio a Brahim Ghali junto a otras cuatro personas si el estado de salud del líder del Frente Polisario así lo permite.
