Cristian Fernández, el capitán del Calahorra, ha dado la cara tras la derrota de su equipo en las semifinales del playoff de ascenso a Segunda ante el Burgos (1-0). El calagurritano ha salido lesionado poco antes de la prórroga, con lágrimas en los ojos. Nadie como él para sentir los colores. Lo ha mamado, vivió el playoff contra el Poli Ejido como un aficionado más y ahora, ha sido partícipe de otra promoción de ascenso. Frustrada sí, pero nada que reprochar.
“He visto a un equipo compacto que ha querido ir desde el principio a por el partido ante un Burgos superior de primeras, pero que no lo ha demostrado. Hemos dado el callo, haciendo las cosas bien como llevamos toda la temporada y siendo fieles a nuestro juego, una pena el no tener ese acierto que puede cambiar los partidos”, ha declarado el riojabajeño.
“Es algo muy bonito representar al equipo de mi ciudad veinte años después. Yo era un chavalito que estaba viendo ese playoff contra El Ejido y ahora es muy bonito tener la oportunidad de jugarlo veinte años después con mi equipo y con mi gente. Me voy jodido, por no haber tenido esa recompensa. Hemos luchado para ello, pero al final esto es fútbol y es así”, ha explicado el central.
Y sobre la acción del penalti, que ha decidido el encuentro, no ha querido mojarse demasiado. ¿Dentro o fuera? “En el partido me ha parecido que ahí andaba, sobre la línea del área. El árbitro no ha tenido duda, si lo ha pitado, es porque cree que ha sido dentro. Son decisiones arbitrales que pueden marcar un partido o no. No voy a entrar en polémicas; porque si hubiésemos hecho un gol, seguramente hubiera cambiado la historia”.
