Todo el que pasee estos día por Avenida de Portugal verá una nueva señalización que el Ayuntamiento ha incorporado buscando la transformación del núcleo urbano con el objetivo de poner al peatón en el centro de las necesidades de la ciudad: un paso de cebra a la altura del pasaje con Gran Vía.
Unas obras que han levantado ampollas entre los vecinos de la zona, quienes se han movilizado y recogido firmas para “eliminar la barrera arquitectónica más importante de Logroño y en pleno centro: el escalón de más de treinta centímetros que da acceso al pasaje y dificulta el acceso a multitud de ciudadanos”, señala Miguel Bujarrabal, representante de vecinos, comerciantes y propietarios de pisos de la zona.
Dentro del periodo de consultas abierto por el Ayuntamiento para que los ciudadanos aporten ideas y recomendaciones en el diseño del proyecto, “enviamos un escrito para que durante las obras recrecieran la acera situando el paso de cebra enrasado con el pasaje sin tener que tocar el escalón. No es algo que nosotros hayamos inventado, ya se ha llevado a cabo en varios lugares de Logroño, como por ejemplo, en el pasaje de la calle Galicia con Vara de Rey”.
“Es más, todas las aceras donde se están levantando pasos de cebra quedan al nivel de la acera con esta técnica, engordando el asfalto para ponerlo a la misma altura en lugar de picar y poner una rampa. De esta forma haces que los coches frenen por el badén y salvas un escalón. Dos pájaros de un tiro. Técnicos expertos nos han reconocido que la idea es totalmente posible y viable”, añade.
El argumento del consistorio logroñés es que hay un forjado en ese escalón que dificulta el hecho de poder hacer la rampa desde el pasaje con menor pendiente y que es un corredor privado. “Pero si hablas con los vecinos de los dos portales, secundan nuestra propuesta y la solución al forjado ya se la hemos dado. ¿Cuál ha sido la respuesta del Ayuntamiento? ‘No llegamos a tiempo’. ¡Pero si hemos entregado nuestra propuesta dentro del periodo de consulta! ¿Que no llegamos a tiempo? Si las obras se están haciendo ahora… Simplemente hay que hacer lo mismo que están haciendo con el paso de cebra pero hasta el escalón”.
Bujarrabal confiesa que la calle está en pie de guerra, ya no por el hecho de que no vayan a arreglar el escalón, sino porque el Ayuntamiento habría demostrado que no escucha a los vecinos y eso de la consulta a la ciudadanía es mentira. “Habéis abierto un plazo a sabiendas de que la obra ya estaba contratada”. El representante reconoce que la respuesta negativa por parte del consistorio no va a cejar en su empeño. “Es más, todo este asunto está haciendo que vecinos y comerciantes de la zona nos hayamos vuelto a unir y reunir para seguir luchando por el bien de la calle, aunque esto suponga, muy a nuestro pesar, una ruptura entre vecinos y consistorio”.
“Somos una calle servicio”
Otra de las cuestiones que los vecinos de la zona han trasladado al consistorio es la oposición al nuevo carril bici que está contemplado en el proyecto. “Lo que se está planificando no es un carril bici, sino una autopista bici que ocupa casi 2,5 metros, casi un metro en espacios perdidos para separar el carril de acera y el de coches. Esto no es un carril bici amigable con el peatón”.
La nueva modificación supone la desaparición de un carril de circulación, “pero no el ensanchamiento de la calle, o lo que es lo mismo, quitar espacio al peatón, al ciudadano, para meter un carril bici que no aporta nada a la calle”. Aún con todo, Bujarrabal afirma que, si el carril bici “se va a hacer de todas formas, se puede hacer más estrecho y ocupando menos espacio, dicho y contrastado con técnicos”.
Unas obras que, en definitiva, “vuelven a poner de manifiesto que somos la calle olvidada del centro y, además, la calle de servicio de la Gran Vía”.
