Felicidad blanquirroja. El Logroñés ha ganado este domingo al Mirandés (0-1) gracias a un gol de Olaetxea y suma así segunda victoria consecutiva. Ocho puntos sumados a su casillero de los últimos doce posibles, logrados en sólo dos semanas. Dos empates y dos victorias para alejar todos los fantasmas sobre el rendimiento del equipo en los últimos meses. El conjunto entrenado por Sergio Rodríguez frena así su caída hacia el infierno y respira aliviado, aunque sabe que todavía restan ocho finales por delante para salvar la categoría.
El Logroñés ha confirmado en Anduva su mejoría. Las buenas sensaciones mostradas ante el Lugo, la Ponferradina y el Tenerife se han constatado sobre el césped burgalés. Aguas arriba del río Ebro, los blanquirrojos han protagonizado una sobresaliente primera parte sin apenas pasar apuros en defensa y generando peligro constante sobre la portería de Lizoain. Lo único que le ha faltado, que no es moco de pavo, ha sido el gol.
A partir del minuto veinte, tras un intercambio de ocasiones en las que tanto Lander Olaextea como Cristo podían haber adelantado a cualquiera de los dos equipos, el Logroñés se ha convertido en una ofensiva constante. Sin prisa, pero sin pausa. Jaime Sierra ha sujetado el centro del campo y, a partir de ahí, sólo había que darle el esférico a Paulino para generar peligro. Protagonista indiscutible el centrocampista cántabro, suyas han sido dos asistencias que no han encontrado rematador.
También han estado activos Nano Mesa y Olaetxea, inquietando en todo momento a la zaga del Mirandés. Incluso Bobadilla y Álex Pérez han contado con sendos cabezazos a balón parado. Ocho. ¡Ocho! Sí, sí. Ocho remates del Logroñés durante los primeros 45 minutos en Anduva para irse al descanso 0-0 sabiéndose mejor que su rival, pero sin conseguir mover el marcador. Lo que sí ha logrado mover ha sido el banquillo. Al menos, el de su rival. Tras el paso por el vestuario, los centrales titulares Dani Vivian y Juan Berrocal han salido a escena para intentar frenar el ataque riojano.
No ha sido posible en el arranque. El Logroñés ha olido la sangre burgalesa y ha querido hincar el diente cuanto antes. Sólo las intervenciones del guardameta Raúl Lizoain han salvado a los locales, incluso ayudado el meta canario por el larguero tras sacar un cabezazo de Andy en el área pequeña. Y ya iban nueve ocasiones. Diez con otra acción a la hora de partido protagonizada por Iñaki (pase a la espalda de la defensa), Nano Mesa (recorte dentro del área y pase de la muerte) y Paulino (no llega).
A la undécima llegó la vencida. Sólo cuatro minutos más tarde de estar lamentándose, Paulino se ha transformado en Paulinho de la Fuente para regatear todo lo que se le ha puesto por delante. Uno, dos, tres… los defensores que quieras. El balón traspasa todas las barreras posibles cuando ha sido tocado por los pies de Paulinho. Así ha entrado en el área de Lizoain para entregar el esférico a Lander Olaetxea y que este sólo haya tenido que empujarla. Felicidad. Gritos de rabia tras conseguir la recompensa tan buscada. 0-1 en Anduva. Suficiente para sumar tres puntos de vital importancia.
Y a partir de ahí, aguantar y aguantar porque el Logroñés seguía siendo superior. Y ha aguantado. Con esta victoria, el Logroñés se coloca en decimosexta posición con 39 puntos, cuatro por encima de los puestos de descenso. Respira el equipo de Sergio Rodríguez, que ha cambiado totalmente su cara en dos semanas respecto a la mostrada hace sólo un mes.
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