La Rioja

Rosablanca ‘reflorece’ en un nuevo establecimiento

A veces, un simple cambio de lugar, tan solo doscientos metros, puede suponer el resurgir de un comercio con más de 25 años a sus espaldas. Es el caso de la floristería Rosablanca. “Llevamos toda la vida en Avenida Portugal, enfrente del número 2 y después de estar tanto tiempo cerrados por la pandemia, con la cabeza dando vueltas, vimos un local mucho más amplio en la misma calle y decidimos dar el paso”, explica Ana, propietaria de Rosablanca.

La trayectoria y el buen hacer de la floristería le ha asegurado una clientela fija y fiel “a los que les gusta cómo trabajamos. Su respaldo ha sido esencial para continuar en la lucha y avanzar. Sabíamos que iban a caminar a nuestro lado y eso nos dio el empuje final”.

El trabajo minucioso y artesanal es la mejor carta de presentación de Rosablanca. “Cada florista tiene su manera de trabajar. A mi me gusta guiarme por lo que siento, el cliente y la ocasión”. El traslado ha sido fundamental en la llegada de nuevos clientes. “Los habituales estaban ansiosos por conocer el nuevo local pero, además, está entrando mucha gente nueva que, pese a levar tanto tiempo en este negocio que no nos conocía. Estar cerca del pasaje y de un restaurante que mueve mucha clientela, ayuda”.

El sector de las flores, como todos, lleva un año con muchos problemas. “Los primeros meses que nos cerraron, todo lo que teníamos en planta y flor lo tuvimos que tirar. En este segundo parón, el reparto a domicilio salvó un poco los muebles, pero han pasado fechas claves como San Valentín donde no es lo mismo servir encargos a que la gente pase por delante de la tienda y entre”.

Rosablanca ha plantado nuevas semillas en una tierra regada por la crisis. Otra manera de volver a florecer.

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