La Rioja

Logroño limita a 30 kilómetros por hora las calles con un carril por sentido

Logroño comenzará esta semana la adaptación de sus vías para convertirse en Ciudad 30. De forma general, el límite de 30 kilómetros por hora se aplicará en las vías de un único carril por sentido de circulación. En las vías de dos o más carriles por sentido de circulación, el límite seguirá siendo de 40 kilómetros por hora.

“Hemos ido avanzando en algunas calles principales como Vara de Rey o algunas zonas pacificadas como Madre de Dios. La modificación del reglamento de la DGT impulsa y refuerza nuestras políticas de movilidad”, ha explicado el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, Jaime Caballero. El cambio de velocidad a 30 kilómetros por hora afectará a las vías de un carril por sentido y será de 20 kilómetros por hora en las vías que dispongan de plataforma única de acera y calzada.

La modificación del reglamento permite a los ayuntamientos realizar las excepciones que considere necesarias. En el caso de Logroño, se trata principalmente de mantener la velocidad 40 en las calles periurbanas de un carril por sentido como Avenida de Burgos. Por otro lado, en la mayoría de calles de dos carriles por sentido, convertir el carril derecho en ciclocarril 30 de igual forma que actualmente está en Gran Vía. Esto afectará a calles como Portillejo, Duques de Nájera o Clavijo, por ejemplo.

“Esto significa que de forma casi inmediata Logroño pasará a tener cuarenta kilómetros de ciclocarriles”, ha anunciado Caballero. Algunas calles céntricas como las que rodean el Paseo de El Espolón también serán de 30 kilómetros por hora a pesar de tener más de un carril por sentido.

“Es importante destacar que la modificación del reglamento simplifica la necesidad de señalización. De forma general aplica en zonas urbanas las tres velocidades comentadas, de forma que sólo es necesario señalizar las excepciones. Aunque también recomienzan reforzar la señalización en las transiciones”, ha afirmado.

El plano de la ciudad es un punto de partida para que en el mes de mayo la ciudad esté adaptada. Podrá ser ajustado en función de la evolución de los resultados. “Recordemos que es el de reducir los accidentes graves. También se pretende favorecer la convivencia de los diferentes modos de transporte y reducir el ruido del tráfico en la ciudad. Reducir la velocidad máxima no significa que tardemos más en llegar al destino. Al contrario, las evidencias demuestran que el tráfico puede ser más fluido si se unifica la velocidad de todos los usuarios de la vía”, ha resaltado el edil.

El nuevo reglamento también anima a los ayuntamientos a realizar las modificaciones en la vía pública para provocar físicamente la reducción de velocidad. Caballero ha agradecido la implicación de la DGT y su estrecha colaboración con el Ayuntamiento de Logroño en todas las acciones de pacificación que se están llevando a cabo y en esta adaptación al nuevo reglamento.

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