La Asociación de Hosteleros de la Zona de La Laurel ha expuesto este jueves a través de un comunicado su valoración ante las nuevas medidas fijadas por el Gobierno de La Rioja en relación a la reapertura de la hostelería a partir de este lunes 22 de febrero.
“Queremos expresar que somos plenamente conscientes de la gravedad de la crisis sanitaria que estamos atravesando desde hace casi un año, y que apoyamos al cien por cien el criterio de priorizar por encima de cualquier otro factor la salud de todos los ciudadanos. Así lo demostramos el pasado 12 de marzo, cuando cerramos voluntariamente, adelantándonos a las propias autoridades como un ejercicio de responsabilidad y solidaridad con todos nuestros clientes y empleados, y hemos apoyado en todo momento las decisiones tomadas por todas las administraciones públicas, apostando por el diálogo y la actitud constructiva”.
“Pero nos encontramos en un punto de no retorno. Llevamos casi un año de restricciones que, si bien entendemos que se han establecido con el objetivo de parar la transmisión del virus, son incompatibles con el modelo de hostelería que representamos: cierre en las horas de mayor rentabilidad, zonas de consumo delimitadas, prohibición del consumo en barra, aforo casi nulo teniendo en cuenta el tamaño de nuestros locales, turismo prácticamente ausente, etc., y todo ello con familias que mantener, trabajadores a quienes pagar un sueldo y facturas y recibos por abonar”, señalan.
Recalcan que la reapertura anunciada por el Consejo de Gobierno no va a solucionar la problemática de la hostelería. “Estimamos que el próximo lunes sólo subirán la persiana un 20 por ciento de nuestros establecimientos. Pero hay un dato todavía más triste, y es que se cuentan ya por decenas los establecimientos que han tenido que bajar la persiana para siempre, y hay muchos otros en riesgo extremo de un cierre definitivo si no recibimos una ayuda real y urgente. El futuro de muchas familias y sectores afines depende de ello”.
“Somos considerado uno de los principales focos turísticos de La Rioja, con 75 establecimientos y unas cifras de volumen de negocio que demuestran que también somos un importante motor económico para la ciudad de Logroño. Pagamos una media de alquiler por establecimiento de 3.700 euros mensuales, generamos casi 16 millones de euros en compras exclusivamente a proveedores riojanos, en su mayoría pequeños productores de alimentación, bodegas y otras empresas de servicios. Nuestras calles han sido el mayor exponente de la DOCa Rioja con casi un millón de botellas vendidas al año. Estamos muy arriba en el ranking de generación de empleo entre las empresas riojanas, con un total de casi 600 puestos de trabajo directos”.
“Y, por desgracia, en la actualidad todo esto se ha perdido. Se han destruido 400 empleos y casi el 30 por ciento de nuestros locales se han cerrado definitivamente. Hemos perdido el 85 por ciento de nuestro volumen de negocio y las medidas actuales, simplemente, no son suficientes en nuestro caso. Somos la segunda marca más conocida en el mundo de La Rioja, y ahora La Laurel agoniza. ¿La vamos a ver desaparecer?”.
Insisten en la necesidad de la reapertura para muchos pequeños establecimientos que no cuentan con otra fuente de ingresos: “No queda otra solución que la de poder trabajar y comenzar a ingresar algo, aunque sean mínimo. Para muchos hosteleros, la dicotomía es simple: o abres y comes y pagas facturas, o cierras y sobrevives con ingresos 0. Y eso, como todo el mundo podrá entender, es simplemente imposible”.
“Por eso, una vez más, repetimos: no nos dejéis morir, perderíamos una parte importante de nuestra identidad y cultura. Necesitamos que nos escuchen y que nos entiendan. La Laurel agoniza, esa es la realidad pura y dura. Y necesitamos el apoyo de las autoridades para analizar medidas urgentes y adaptadas a nuestra especial circunstancia. Seguimos creyendo que, si trabajamos juntos, podemos ser parte de la solución, no el problema”, concluyen.
