Crisis del Coronavirus

Riofarco, la antesala de las farmacias riojanas: «Nos preocupa la bajada de medicamentos crónicos»

«Nos preocupa la bajada de medicamentos crónicos»

Nunca antes habíamos pensado en lo que era un servicio esencial. Es más, todo nos parecía necesario, hasta que llegó una pandemia y se pusieron condiciones. La polémica sobre esencialidad ha sido y sigue siendo el pan de cada día para muchos sectores. Pero las farmacias, ni tocarlas. Ahí no hay duda. Son básicas. Y más en mitad de una crisis sanitaria como esta. Pero para que los profesionales farmacéuticos sean «nuestros salvadores» hace falta una logística que los respalde.

Y ahí entra en juego Riofarco, una cooperativa farmacéutica de capital exclusivamente regional. Una sociedad formada por todas las farmacias de La Rioja (156) y otras de zonas aledañas como Miranda de Ebro, la ribera navarra o Álava. Fundada en 1964, en la actualidad, por Riofarco pasan al mes medio millón de tratamientos médicos de pacientes riojanos, además de servir también al Hospital San Pedro, Viamed Los Manzanos, el Hospital Provincial o la Fundación Hospital de Calahorra.

La única cooperativa que llega a todos los pueblos riojanos pone en marcha cada día 48 rutas de reparto, llegando a pasar hasta cinco veces por las mismas zonas. «Tenemos un cuadro de servidores que nos conectan en tiempo real con todas las farmacias. Más de 27.000 referencias diferentes de stock día a día. Y creciendo porque nos adaptamos a nuevas presentaciones», explica el director gerente Iván Pérez. Diariamente, los establecimientos realizan pedidos especiales o, según van haciendo dispensaciones, el sistema genera un stock mínimo para que la farmacia sea operativa.

Eficacia ante la pandemia

Pérez aclara que semanas antes de que se decretara el estado de alarma activaron un plan de contingencia interno. «No somos visibles, pero fuimos declarados como prioridad 2 detrás del personal esencial». «En una situación desconocida para todos, sin horizonte y sin ninguna huella que seguir, echamos mano de nuestros proveedores habituales de mascarillas y nos encontramos con que no había existencias. Acudimos al mercado internacional hasta el punto de tener que juntarnos todas las cooperativas del norte para traer un Boeing 737 lleno de mascarillas, adelantando un capital enorme y presionando a la baja el precio porque lo que estaba entrando era una barbaridad».

Un escenario que se recrudeció cuando los picos de salidas de medicación se dispararon. «Sucedió como con el papel higiénico. La gente entró en pánico ante la idea del desabastecimiento, hasta tal punto de desdoblar los turnos y trabajar con los que somos desde las 7 de la mañana hasta las 12 de la noche para que la cadena de suministro no se rompiera y que las farmacias tuvieran la medicación».

Cuentan con un stock de seguridad de treinta días, pero el miedo hizo que la gente adelantara toda la medicación. «Por si no se podía salir de casa, ir a la farmacia o al médico. Condensamos el trabajo de dos meses en dos semanas y nuestro temor es que algo fallara y no pudiéramos cubrir el nivel de demanda de los ciudadanos, lo que provocaría un estado mayor de pánico. Si alguien acudía a su farmacia a por paracetamol y no tenían… ¡o Dios mío no hay medicamentos!».

Cambios drásticos en la demanda

Iván Pérez confiesa que a raíz de la pandemia la demanda de productos de auto cuidado o de parafarmacia ha caído de manera brutal. «Pero no solo productos de belleza, sino de higiene personal». Además, conforme iba aumentando la incidencia del COVID, iban desapareciendo las patologías invernales. «Ni Frenadol, ni antitusivos, ni expectorantes, ni pastillas para la garganta. No hay gripe común, no hay resfriados y esos medicamentos han disminuido hasta en un ochenta por ciento».

Pero lo que más inquieta al director gerente de Riofarco es la enorme bajada de medicamentos crónicos. «En una primera lectura pensamos que, habiendo tantos fallecidos, la mayoría personas mayores con tratamientos habituales, esa podía ser la causa, pero las cifras no son equiparables. Creemos que puede deberse a la dificultad a la hora de acceder al servicio de Atención Primaria ya que, al no ser presencial, se pierde una parte importante de evaluación y pauta, o personas mayores que viven solas y no tienen capacidad de seguir el tratamiento. Pero, aun con todo, esta variable es muy preocupante».

En el lado opuesto, obviamente, todo lo que tiene que ver con el coronavirus: geles, glicerina, alcohol, mascarillas… «Estas últimas se han convertido en tendencia, en una moda, pero aquí filtramos mucho la calidad: si no cumplen las normas sanitarias, por aquí no pasan». Además, otro de los fármacos que ha sufrido un ligero repunte en estos últimos meses ha sido el relacionado con los ansiolíticos. «Lógico en situaciones como esta».

Proyectos presentes y futuros

Desde un principio, la sintonía entre las administraciones y Riofarco ha sido muy buena. «En el momento más virulento de la pandemia quisimos dar un paso más y reforzar, dentro de nuestras posibilidades, el servicio a los riojanos. Por ello, junto con el Colegio Oficial de Farmacéuticos de La Rioja, pusimos en marcha un proyecto en el que desde Riofarco pasábamos directamente a recoger la medicación de pacientes con tratamientos específicos oncológicos graves al Hospital y la llevábamos a la farmacia del enfermo. Así evitaríamos comprometer su propia seguridad al acudir al Hospital».

Atualmente, la cooperativa está llevando a cabo un proceso de selección integral de personal para poner a disposición de las farmacias cuidadores para niños o mayores. «Es una forma de generar empleo y de que estos establecimientos se conviertan también en puntos de referencia para poder encontrar este servicio». Sin olvidarse además de la digitalización. «Nos tenemos que adaptar a las necesidades riojanas, por lo que estamos trabajando en ‘la última milla’, una aplicación para pedir online la medicación a tu propia farmacia».

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